Un equipo de científicos del Instituto Weizmann de Israel ya está trabajando con sangre de personas recuperadas de una infección con coronavirus, y creen que allí está la clave para desarrollar una cura para la nueva enfermedad
El equipo de expertos, liderado por el profesor Ziv Shulman, del Departamento de Inmunología del Weizmann, en colaboración con el doctor Ron Diskin, del Departamento de Biología Estructural, «ha obtenido acceso a pacientes humanos que han estado expuestos al coronavirus y se han recuperado por completo», informó la universidad.
En su página de internet, el Weizmann precisó que estos pacientes «se han ofrecido como voluntarios para permitir que los científicos examinen su sangre en busca de signos reveladores de anticuerpos generados en respuesta a su infección por coronavirus».
Este trabajo es de fundamental importancia, ya que en la sangre de las personas recuperadas está llena de anticuerpos contra el virus.
Algunos tratamientos experimentales contra el COVID-19 ya vienen utilizando plasma sanguíneo de personas recuperadas.
«Pero incluso si este método tiene éxito -señaló el Weizmann-, es poco probable que ofrezca una solución a gran escala para la inmunidad y el tratamiento».
¿Cuál es la razón? Esa terapia depende de los donantes de plasma, mientras que los anticuerpos, una vez identificados, podrían ser producidos en grandes cantidades por las compañías farmacéuticas y son relativamente seguros, añadió el artículo de la universidad israelí.
Según informaron, el equipo de Shulman planea usar secuenciación genética y otras técnicas de laboratorio para clonar los genes que codifican los anticuerpos, y producirlos en el laboratorio.
«Esto les permitirá identificar los anticuerpos que son más efectivos para unirse y neutralizar las proteínas virales», indicaron.
Shulman aseguró que los pacientes que ya han sido infectados por el coronavirus y se han recuperado tienen en su sangre la clave de «la cura de esta enfermedad», los anticuerpos que desarrollaron para derrotarla.
Al reproducir en el laboratorio esos anticuerpos que hacen blanco y neutralizan las proteínas virales, «es posible usarlos para tratar a pacientes que sufren de insuficiencia respiratoria grave» causada por el COVID-19, agregó.
Además, completó, «las inyecciones de anticuerpos podrían usarse como un tratamiento profiláctico, una vacuna pasiva, que protegería al personal médico de la infección por coronavirus«.