Científicos de la Universidad de Tel Aviv descubrieron que el número anormal de cromosomas -una característica única de las células cancerosas conocida como aneuploidía y de la que se sabe desde hace décadas- puede convertirse en un «talón de Aquiles» de la enfermedad
Está bien establecido que, mientras las células humanas normales contienen dos conjuntos de 23 cromosomas cada uno -uno del padre y otro de la madre-, las aneuploides tienen un número diferente de cromosomas.
Cuando la aneuploidía aparece en las células cancerosas, las células no solo la «toleran», sino que incluso puede hacer avanzar la progresión de la enfermedad, recordaron desde la universidad israelí.
La relación entre aneuploidía y cáncer se descubrió hace más de un siglo, mucho antes de que se supiera que el cáncer era una enfermedad genética (e incluso antes del descubrimiento del ADN como material hereditario).
Según el doctor Uri Ben-David, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tel Aviv, la aneuploidía es el cambio genético más común en el cáncer: aproximadamente el 90 por ciento de los tumores sólidos, como el cáncer de mama y el cáncer de colon, y el 75 por ciento de los cánceres de la sangre, son aneuploides.
En el estudio, cuyos resultados fueron publicados en la revista especializada Nature, los investigadores utilizaron métodos bioinformáticos avanzados para cuantificar la aneuploidía en aproximadamente mil cultivos de células cancerosas.
Luego, los expertos israelíes compararon la dependencia genética y la sensibilidad a los fármacos de las células con un alto nivel de aneuploidía con las de las células con un bajo nivel de aneuploidía.
Durante esas pruebas, descubrieron que las células cancerosas aneuploides demuestran una mayor sensibilidad a la inhibición del punto de control de la mitosis, el proceso que asegura la separación adecuada de los cromosomas durante la división celular.
También descubrieron la base molecular de la mayor sensibilidad de las células cancerosas aneuploides. Usando métodos genómicos y microscópicos, rastrearon la separación de cromosomas en células que habían sido tratadas con una sustancia que, se sabe, inhibe el punto de control de la mitosis.
El reporte de la universidad precisó que los científicos hallaron que, cuando el punto de control mitótico se perturba en células con el número adecuado de cromosomas, la división celular se detiene.
Como resultado, señaló el informe, los cromosomas en las células se separan con éxito y se crean relativamente pocos problemas cromosómicos.
Pero el hallazgo más alentador fue que, cuando este mecanismo se perturba en las aneuploides, la división celular continúa, lo que resulta en la creación de muchos cambios cromosómicos que comprometen la capacidad de las células para dividirse y pueden incluso causar su muerte.
El estudio, afirmaron en Tel Aviv, tiene importantes implicaciones para el proceso de descubrimiento de fármacos en la medicina oncológica personalizada. Es que los medicamentos que retrasan la separación de los cromosomas se encuentran ya en etapa de ensayos clínicos, pero no se sabe qué pacientes responderán a ellos y cuáles no.
Los resultados de esta investigación sugieren que será posible utilizar la aneuploidía como «marcador biológico», con el objetivo de encontrar pacientes que respondan mejor a estos fármacos.
Dicho de otro modo, será posible adaptar fármacos que ya se encuentran en pruebas clínicas para su uso contra tumores con características genéticas específicas, aseguraron los voceros del estudio.
Aunque se resaltaron las alentadoras posibilidades que abre el estudio, el doctor Ben-David pidió destacar que se realizó «en células en cultivo y no en tumores reales», y que, «con el fin de traducirlo al tratamiento de pacientes con cáncer se deben realizar muchos más estudios de seguimiento».
Sin embargo, si los mismos resultados se comprueban en pacientes de ensayos clínicos, «nuestros hallazgos tendrían una serie de implicaciones médicas importantes», subrayó el científico israelí.