El gobierno de Israel anunció este miércoles que, a partir del próximo sábado, ya no será obligatorio usar tapabocas o mascarillas en espacios cerrados o interiores como parte de las medidas impuestas a causa de la pandemia de coronavirus
A través de un comunicado conjunto, el primer ministro de Israel, Naftali Bennett, y el jefe de la cartera de Salud, Nitzan Horowitz, dijeron que la exigencia se levantará a partir del 23 de abril de 2022 a las 20, hora local.
La medida, precisaron, debe ser todavía aprobada por el Comité de Salud de la Knesset, el parlamento unicameral israelí, un paso que se da por descontado.
Frente a la disminución de los casos de COVID-19, apuntó el comunicado, Bennett y Nitzan Horowitz anunciaron «que se cancelará la obligación de usar máscaras en espacios cerrados, excepto en lugares con alto potencial para infección«, como hospitales, instituciones para ancianos y vuelos.
«Seguiremos de cerca la enfermedad y proporcionaremos todos los medios de protección»
En su cuenta de Twitter, Horowitz afirmó que «la abolición de la obligación de usar máscaras en interiores, excepto en hospitales y residencias de ancianos, es una continuación de la política de vivir junto al coronavirus, sin pánico, con responsabilidad y discreción».
Esta política, aseguró, «demostró su eficacia y así continuaremos: seguiremos de cerca la enfermedad y proporcionaremos todos los medios de protección, como vacunas, pruebas y medicamentos», y así «mantendremos la salud y también la rutina de vida».
Las mascarillas y tapabocas están siguiendo en Israel los altibajos del impacto de la pandemia. Por ejemplo, los israelíes dejaron de usar máscaras al aire libre en abril del 2021, mientras que una decisión similar para los espacios cerrados se anunció en junio de este año.
Sin embargo, el anuncio se canceló después de dos semanas, cuando se comenzó a exigir nuevamente el uso de tapabocas a causa del aumento de casos de la variante Delta.
Algo parecido ocurrió a mediados del 2021: en junio del año pasado, el gobierno israelí debió restablecer el uso de mascarillas en los lugares públicos cerrados al registrarse, también, un aumento del número de contagios a pesar de la alta tasa de vacunación.