Más del 70 por ciento de los pacientes con coronavirus en Israel se infectó con una cepa del COVID-19 originada en Estados Unidos, según descubrieron investigadores de la Universidad de Tel Aviv
Los científicos mapearon la propagación del virus hacia y dentro de Israel decodificando la secuencia genómica de la cepa de coronavirus «local». Según el estudio, aproximadamente el 70 por ciento de las infecciones en Israel fueron causadas por una cepa SARS-CoV2 importada de Estados Unidos.
En el 30 por ciento restante se destacan las cepas de Bélgica (8 por ciento), Francia (6), Gran Bretaña (5), España (3) e Italia, Australia, Filipinas y Rusia con un 2 por ciento.
Según explicó la doctora Adi Stern, de la Escuela de Biología Celular Molecular y Biotecnología de la universidad israelí, el nuevo coronavirus «se caracteriza por mutaciones que ocurren a un ritmo establecido».
Estas mutaciones, continuó Stern, «no afectan al virus, es decir, se mantiene estable, pero pueden ayudarnos a rastrear la cadena de infección de un país a otro«.
Después de que estalló la pandemia en Wuhan, por ejemplo, ocurrieron una o dos mutaciones, y un virus con una mutación pudo haber migrado a Europa donde experimentó mutaciones adicionales, y desde allí viajó a Estados Unidos, y así sucesivamente, explicaron desde la universidad.
El equipo conducido por Stern llevó a cabo la primera secuenciación genómica a gran escala de la nueva cepa de coronavirus que infectó hasta ahora a más de 16.600 personas en Israel.
Los científicos usaron su mapa genómico para identificar mutaciones que indican dónde se originó el virus y cómo se diseminó dentro del país. Para obtener una imagen clara del origen de la infección en Israel, los investigadores compararon las secuencias genómicas de pacientes locales con otras 4.700 tomadas de pacientes de todo el mundo.
«Podemos ver estas mutaciones como un tipo de código de barras que nos ayuda a realizar un seguimiento de la progresión y transformación del coronavirus a medida que se mueve de un país a otro», indicó Stern.
Hasta ahora, precisaron voceros de la universidad, cualquier evaluación de la propagación de la infección se basaba en parámetros subjetivos como la información brindada por el paciente. La nueva investigación podrá exponer la tasa de infección en un hogar, en un edificio de apartamentos, en una escuela o en un vecindario, por ejemplo.
También proporcionará detección temprana de «súper esparcidores», personas que viajan e infectan a un gran número de personas, añadieron. E incluso podría identificar eventos importantes con el potencial de desencadenar una infección generalizada.
«En el futuro, los datos obtenidos de la secuenciación genómica servirán como una base importante para tomar decisiones informadas sobre qué instituciones cerrarán, durante qué período de tiempo y en qué formato», completó la doctora Stern.