El sector de la tecnología se puso rápidamente al frente de la lucha contra la pandemia de coronavirus en Israel, con varias compañías diseñando todo tipo de elementos para contener la enfermedad. La última novedad: SodaStream, la empresa de bebidas gaseosas, creó un respirador artificial
La historia tuvo un comienzo fuera de lo común. A principios de este año, cuando el coronavirus comenzaba a golpear fuerte y en todo el mundo se hacía notable la falta de suficientes respiradores para los enfermos, uno de los médicos principales del hospital Hadassah-Ein Kerem, en Jerusalén, el doctor Akiva Nachshon, discutía el problema con un amigo y colega, Shlomo Friedman.
Mientras se lamentaban por la escasez de ese aparato vital para ayudar a los pacientes de coronavirus, una enfermedad que afecta especialmente las vías respiratorias, Friedman tuvo una idea extravagante: ¿Por qué no hablar con la gente de Soda Stream?
Al fin y al cabo, razonó, la empresa de bebidas es experta en cuestiones de gases, entre ellos el oxígeno.
El profesor Nachshon lo pensó unos minutos y decidió hacer el intento, ya que no tenía nada que perder. Llamó a la sede de la compañía israelí, adquirida en el 2018 por el gigante estadounidense PepsiCo en nada menos que 3.200 millones de dólares, y dejó un mensaje en el conmutador telefónico.
En pocas horas, el mensaje había llegado a los oídos de Avi Cohen, jefe de la división de Investigación y Desarrollo de SodaStream, y poco tiempo después el médico y el ingeniero tuvieron su primera reunión para tratar el tema.
Hoy, cuatro meses después de ese encuentro, el prototipo del respirador de SodaStream, bautizado StreamO2, ya fue aprobado por el ministerio de Salud de Israel y comenzó sus pruebas clínicas en el hospital Hadassa.
«Nos dimos cuenta de que había una escasez aguda de ayudas respiratorias no invasivas para tratar a los pacientes con COVID-19, y después de reconocer que la industria deseaba ayudar a enfrentar esta crisis, tratamos de pensar de manera poco ortodoxa«, recordó el doctor Nachshon.
Gracias al consejo de su amigo, «entendimos que la solución estaba aquí en la industria israelí, delante de nuestras narices, en cada cocina -continuó Nachshon-. Una conversación con el director de Investigación y Desarrollo de SodaStream fue suficiente para que todo funcionara», señaló.
El médico destacó que ya en la primera reunión «nos sentamos para diseñar un boceto, y desde ese momento el proyecto progresó increíblemente rápido».
Cohen, por su lado, señaló que el dispositivo «de terapia de respiración nasal desarrollada por el equipo conjunto de médicos del Hadassah y los ingenieros de SodaStream puede ser una solución perfecta para salvar vidas» en medio de esta pandemia, y también en el futuro.
«Es un gran privilegio para nosotros poder utilizar nuestra tecnología y recursos para brindar alivio a los afectados por la pandemia de COVID-19 y ayudar a salvar vidas», comentó por su lado el CEO global de la empresa israelí, Eyal Shohat.
Según explicaron los desarrolladores, el dispositivo creado por SodaStream y Hadassah «permite la administración de una mezcla de oxígeno y aire a través de la nariz a altos caudales, alta humedad y temperatura corporal».
La tecnología se basa en un sistema termodinámico que controla la temperatura de la mezcla de aire y oxígeno y fluye la mezcla hacia la nariz del paciente en combinación con una alta humedad de más del 80 por ciento, precisaron.
Los parámetros de humedad, temperatura y porcentaje de oxígeno, críticos para la calidad de la respiración, se controlan constantemente y proporcionan una indicación visual y audible al personal médico en caso de anormalidad, completaron.