Un estudio de la Universidad de Tel Aviv mostró que la vacuna contra el coronavirus produjo anticuerpos también en la leche materna de mujeres inoculadas, lo que podría contribuir de gran manera a la protección de sus bebés
El propósito de la investigación fue precisamente descubrir si la vacuna producida por la farmacéutica Pfizer es efectiva para producir anticuerpos en la leche materna y también determinar las cualidades de estos anticuerpos, es decir, si tienen el potencial de neutralizar el virus.
Para el estudio, los investigadores llevaron a cabo una serie de pruebas en enero y febrero de este año, poco después de la llegada de las vacunas a Israel, entre diez madres lactantes.
Las voluntarias recibieron dos inyecciones de la vacuna, con 21 días de diferencia, y se analizaron los niveles de anticuerpos tanto en la sangre como en la leche materna en cuatro momentos después de la inoculación.
Según señalaron desde la universidad israelí, el estudio mostró que la sangre y la leche materna están bien sincronizadas entre sí, en lo que respecta al aumento de los niveles de los anticuerpos específicos generados por la vacuna.
Tanto en la sangre como en la leche materna, el aumento significativo se produjo catorce días después de la aplicación de la primera dosis y continuó siete días después de la segunda.
Los investigadores también hallaron que los anticuerpos que se desarrollan en la leche materna tienen el potencial de neutralizar el virus. Es decir, que pueden impedir que el virus se una a los receptores de las células huésped y son así importantes para prevenir la enfermedad.
«Estos datos alentadores muestran que vacunar a las madres que amamantan promueve la producción de anticuerpos importantes en la leche materna, lo que potencialmente protege a sus bebés lactantes de la enfermedad», resumió el doctor Yariv Wine, uno de los líderes de la investigación.