Investigadores del Technion, que tiene su base en Haifa, en el norte de Israel, desarrollaron una revolucionaria mascarilla para proteger a los usuarios contra la transmisión de COVID, MERS, influenza y otros virus respiratorios
La gran novedad es que se trata de una mascarilla invisible contra el coronavirus y las otras enfermedades, destacaron desde la universidad tecnológica israelí.
¿Por qué es eso importante? Aunque las mascarillas convencionales ayudan a proteger contra la transmisión de enfermedades, la literatura científica reciente muestra que también presentan efectos psicológicos y fisiológicos adversos.
Los barbijos reducen la identificación facial y el reconocimiento de emociones, afectan negativamente la comunicación oral y pueden causar dolores de cabeza y problemas en la piel, recordó el informe del Technion.
Además, añadió el reporte, el uso de mascarillas durante la jornada laboral también genera falta de concentración, así como una reducción de la atención y la paciencia en una amplia gama de profesiones.

«Como resultado de estas dificultades, muchas personas usan máscaras incorrectamente, sobre o debajo de la boca, lo que reduce en gran medida la protección», apuntaron desde Haifa.
Incluso en Japón, donde las máscaras faciales son comunes, un gran estudio encontró que solo el 20 por ciento de las personas usan máscaras correctamente.
Las máscaras faciales convencionales también provocaron un aumento dramático de los desechos plásticos, exacerbado por los mandatos gubernamentales de uso de barbijos, que producen millones de toneladas de residuos anuales.
Las pruebas mostraron «claramente la ventaja de la pantalla de aire invisible sobre las máscaras faciales de uso común»
Ahora, un equipo de Technion dirigido por los profesores Moshe Shoham y David Greenblatt ideó una solución radicalmente nueva al dilema de la máscara convencional al crear una «pantalla de aire» invisible frente a la cara del usuario.
En esta mascarilla invisible contra el coronavirus, la «pantalla de aire» se origina dentro de un espacio creado frente a la cara por un filtro montado en la visera de una gorra.
«Varias ventajas importantes quedaron claras: la pantalla de aire protege los ojos, la nariz y la boca sin efectos negativos sobre la identidad facial, el reconocimiento de emociones o la comunicación oral», aseguró el Technion.
La «pantalla de aire» también es reutilizable, por lo que no contamina el medio ambiente.
Una investigación basada en experimentos realizados en el laboratorio del profesor Greenblatt demostró la eficacia de la «pantalla de aire» al bloquear eficazmente los aerosoles producidos durante la comunicación oral, así como las gotas grandes producidas al toser y estornudar.
Varias entrevistas y estudios piloto con personas de sectores que más se beneficiarán con el invento (por ejemplo, adultos mayores y sus cuidadores, profesores y estudiantes, trabajadores de proximidad, empleados de tiendas minoristas y oficinas), mostraron «claramente la ventaja de la pantalla de aire invisible sobre las máscaras faciales de uso común».
El Technion informó que otorgó recientemente la licencia de la tecnología a Wisdome Wearables Ltd., y que la empresa se encuentra actualmente en el proceso de comercialización del producto.