Aquellas personas con diabetes tipo 2 -recordó la universidad israelí al comentar la investigación- tienen que inyectarse insulina, una hormona que regula el movimiento del azúcar hacia el hígado, los músculos y las células grasas, hasta cuatro veces al día
Pero las inyecciones de insulina están relacionadas con el aumento de peso y la pérdida de control de los niveles de azúcar en la sangre de los pacientes, añadió.
«Esto desencadena un círculo vicioso de dosis más altas de insulina, aumento de peso continuo, una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares y otras complicaciones», señaló la universidad.
«La dieta diabética tradicional especifica seis comidas pequeñas repartidas durante todo el día, pero nuestra investigación propone cambiar las calorías ricas en almidón a las primeras horas del día«, explicó la profesora Daniela Jakubowicz, de la Facultad de Medicina Sackler de la Universidad de Tel Aviv.
Las inyecciones están relacionadas con el aumento de peso y pueden resultar en «un círculo vicioso de dosis más altas de insulina»
Ese cambio en la dieta, afirmó Jakubowicz en base a la investigación, «produce un equilibrio de glucosa y un control glucémico mejorado entre los diabéticos tipo 2».

«Creemos que a través de este régimen será posible que los diabéticos reduzcan significativamente o incluso detengan las inyecciones de insulina, y la mayoría de los medicamentos antidiabéticos, para lograr un excelente control de los niveles de glucosa», aseveró la profesora.
Según la nueva investigación, el metabolismo y el reloj biológico humano están «optimizados» para comer por la mañana y para ayunar durante la tarde y la noche, cuando se supone que debemos estar dormidos.
«Creemos que a través de este régimen será posible que los diabéticos reduzcan significativamente las inyecciones de insulina»
«Pero la dieta habitual recomendada para la diabetes tipo 2 consiste en varias comidas pequeñas distribuidas de manera uniforme durante todo el día, por ejemplo, tres comidas y tres meriendas diarias, incluida una merienda antes de ir a dormir para evitar una caída en los niveles de azúcar durante la noche», recordó Jakubowicz.
La investigadora afirmó que esta dieta «no ha sido efectiva para el control del azúcar, por lo que los diabéticos requieren medicamentos e insulina adicionales».
«Y las inyecciones de insulina conducen al aumento de peso, lo que aumenta aún más los niveles de azúcar en la sangre», agregó.

Los científicos de la universidad israelí estudiaron a 29 participantes con diabetes tipo 2 y compararon una nueva dieta, más alineada con el reloj biológico, contra un grupo de control de la dieta tradicional.
La dieta, aseguran, «no solo es más efectiva para controlar la diabetes sino que también puede prevenir muchas otras complicaciones»
La dieta experimental incluyó una comida de pan, frutas y dulces en las primeras horas de la mañana, un almuerzo sustancial y una pequeña cena específicamente sin almidones, dulces y frutas, precisó la universidad.
Al concluir el estudio, el grupo de la dieta tradicional no perdió peso y no experimentó ninguna mejora en los niveles de azúcar, lo que requirió un aumento en la medicación y las dosis de insulina, indicaron los investigadores.
En cambio, los participantes del grupo de la dieta experimental no solamente perdieron peso sino que también experimentaron niveles de azúcar sustancialmente mejorados.
Los resultados de la investigación sugieren que la dieta experimental con el desayuno temprano y rico en carbohidratos «no solo es más efectiva para controlar la diabetes sino que también puede prevenir muchas otras complicaciones, como enfermedades cardiovasculares, envejecimiento y cáncer, que están reguladas por los genes del reloj biológico», completó Jakubowicz.