Investigadores del Instituto Weizmann, de Israel, revelaron cómo las células del cáncer de mama entran en un estado de latencia, permaneciendo sin ser detectadas durante años, y por qué de repente se despiertan y hacen metástasis.
El cáncer de mama es cada vez más tratable, pero en algunos casos la enfermedad puede reaparecer incluso décadas después de que la paciente haya sido declarada libre de cáncer.
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Eso se debe a que las células se desprenden del tumor original y permanecen latentes en la mama u otros órganos. Se sabe poco sobre los mecanismos responsables de la latencia en las células cancerosas, y aún menos sobre qué provoca su reactivación repentina.
Un nuevo estudio del laboratorio del profesor Yosef Yarden, publicado en la revista especializada Science Signaling, reveló el mecanismo que «adormece» a las células del cáncer de mama, y la razón por la que «despiertan» con mayor agresividad.
Un tejido que cambia
Desde la etapa más temprana del desarrollo embrionario, pasando por la maduración sexual hasta la producción de leche materna durante el embarazo y el posparto, el tejido mamario cambia a lo largo de la vida de una mujer.
Esos cambios son posibles gracias a la metamorfosis que experimentan las células del tejido mamario, desde la etapa temprana de desarrollo, conocida como mesenquimal, cuando las células son redondas, muy móviles y se dividen rápidamente, hasta la etapa epitelial, más madura, cuando son algo cúbicas, menos activas y se dividen lentamente.
Las células se mueven entre esas etapas en un proceso controlado y gradual, pero a veces se descontrolan, dividiéndose rápidamente y volviéndose malignas.
Ese proceso canceroso comienza cuando las células maduras regresan a su etapa de desarrollo anterior, lo que les permite dividirse rápidamente, crear tejido tumoral e incluso migrar a otros tejidos.

Sin embargo, más adelante, el cáncer puede beneficiarse del proceso opuesto: las células que se diseminaron por el cuerpo pueden volver a su estado maduro, volviéndose inmóviles y lentas. En esencia, se vuelven latentes.
Modelo tridimensional
Debido a las grandes similitudes entre la entrada en latencia y el proceso de maduración de las células epiteliales, los científicos del laboratorio del profesor Yarden postularon la posibilidad de inducir un estado de latencia en células de cáncer de mama imitando el proceso natural.
Utilizando un modelo tridimensional del entorno de un tumor canceroso desarrollado por la doctora Dalit Barkan, de la Universidad de Haifa, los investigadores, dirigidos por la doctora Diana Drago-García, del equipo de Yarden, modificaron genéticamente células de cáncer de mama humano del tipo más agresivo, denominado cáncer de mama triple negativo, para que produjeran mayores niveles de proteínas OVOL, implicadas en la maduración natural de las células epiteliales.
El modelo demostró que el aumento de la expresión de dos proteínas OVOL detiene el ciclo de vida de las células cancerosas agresivas e induce la latencia.
Paralelamente, los investigadores demostraron, en ratones hembra implantados con tejido tumoral humano, que la sobreexpresión de OVOL inhibe el crecimiento del cáncer.
Una buena noticia… con ciertas condiciones
Aunque detener el ciclo de vida de las células cancerosas y ralentizar el crecimiento tumoral puede parecer una buena noticia, e incluso quizás la base para un futuro tratamiento, se sabe que el tejido mamario de las pacientes con cáncer contiene niveles elevados de una de las proteínas OVOL.
Por lo tanto, los científicos plantearon la hipótesis de que, si bien esta proteína, OVOL1, ralentiza el cáncer a corto plazo, es beneficiosa para las células cancerosas a largo plazo, permitiéndoles entrar en un estado de latencia y sobrevivir durante años sin ser detectadas.
Cuando las condiciones del organismo cambian y el nivel de OVOL1 disminuye, el cáncer resurge y es más agresivo que nunca, recordaron desde el Instituto Weizmann.

A partir de estos descubrimientos, los investigadores comenzaron a estudiar cómo el cáncer afecta los niveles de expresión de las proteínas OVOL, inactivando o reactivando las células tumorales.
Posibilidades a futuro
Un hallazgo clave fue que ciertos factores de crecimiento potencian la expresión de OVOL1, pero la hormona esteroide estrógeno la suprime.
Los científicos demostraron que los pacientes con niveles bajos de receptores de estrógeno y niveles altos de OVOL1 tienden a desarrollar un cáncer más agresivo y tienen menores probabilidades de supervivencia.
«Estos hallazgos podrían allanar el camino para prevenir que las células cancerosas se vuelvan latentes o impedir que estas células se reactiven», dijo Yarden. «Sabemos, por ejemplo, que el tejido adiposo controla la producción de estrógeno durante la menopausia», añadió.
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El profesor israelí explicó que, por lo tanto, se puede «suponer que el aumento de peso en mujeres mayores que tuvieron cáncer en su juventud podría aumentar el riesgo de reaparición del cáncer latente debido al aumento de la producción de estrógeno y la consiguiente disminución de la expresión de OVOL1″.
«En el futuro, estas hipótesis podrán probarse en modelos animales y en pacientes humanas», pronosticó el académico.