Investigadores de la Universidad de Tel Aviv descubrieron un elemento clave en la lucha contra las metástasis cerebrales, una de las consecuencias más mortales del cáncer.
A pesar del progreso logrado en los últimos años en el desarrollo de nuevos tratamientos para el melanoma y el cáncer de mama, por ejemplo, las metástasis cerebrales siguen siendo altamente letales, con tasas de supervivencia en casos graves de menos de un año en muchos casos.
Frente a este panorama, los científicos de la universidad israelí llevaron a cabo un estudio con ratones de laboratorio y descubrieron que una proteína está detrás del proceso de inflamación que termina resultando en metástasis.
La proteína Lipocalin-2 (LCN2) es un factor clave en la inducción de neuroinflamación en el cerebro, señalaron los investigadores, encabezados por la profesora Neta Erez, del Departamento de Patología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tel Aviv.
Además, los científicos encontraron que los niveles altos de LCN2 en la sangre y las metástasis cerebrales de los pacientes de varios tipos de cáncer están asociados con la progresión de la enfermedad y la reducción de la supervivencia.
LCN2 es una proteína secretada que funciona en el sistema inmunitario innato y se descubrió originalmente debido a su capacidad para unir moléculas de hierro y como parte del proceso inflamatorio en la lucha contra la infección bacteriana.
Este descubrimiento, afirmaron, puede servir para desarrollar nuevas terapias para contener las metástasis
La proteína es producida por una gran variedad de células y se demostró que está involucrada en múltiples procesos relacionados con el cáncer.
«Analizamos los niveles de LCN2 en la sangre y el líquido cefalorraquídeo de ratones con metástasis cerebrales y descubrimos que aumentaron mucho en aquellos con melanoma y metástasis de cáncer de mama, en comparación con ratones sanos», dijo Erez.
Por otro lado, añadió, los ratones en los que los niveles de LCN2 eran muy altos «desarrollaron metástasis cerebrales más tarde», lo que estableció aún más a la proteína «como un marcador predictivo» de esta consecuencia del cáncer.
Erez destacó que la investigación sirvió para identificar «un nuevo mecanismo en el que la LCN2 media la comunicación entre las células inmunitarias de la médula ósea y las células de apoyo en el cerebro, activa los mecanismos inflamatorios y, por lo tanto, ayuda a la progresión de la enfermedad».
Por lo tanto, remarcó, «demostramos su importancia». Ahora, esos «aspectos funcionales y de pronóstico que hemos identificado» sugieren que apuntar a esta proteína «puede ser una estrategia terapéutica eficaz para retrasar o prevenir la recurrencia de las metástasis cerebrales», concluyó.
Los resultados de la investigación, que fueron publicados en la revista Nature, se pueden consultar, en inglés, haciendo click aquí.