Una empresa con base en un kibutz en el sur de Israel, en la región atacada el 7 de octubre del 2023 por miembros del grupo islamista Hamas, está desarrollando un audaz tratamiento en el campo de la salud mental a partir de una controvertida droga.
La compañía es Madrigal Mental Care, y el kibutz es Reim, en cuyas cercanías se celebraba el festival musical Supernova donde decenas de chicos y chicas fueron masacrados por los terroristas palestinos.
Y la droga es la ketamina, un potente preparado sintético conocido por sus capacidades sedantes, analgésicas y anestésicas pero cuyo uso recreativo está prohibido en la mayoría de los países.
La ketamina -sintetizada en 1962 por Calvin Stevens, un profesor estadounidense de química y de amplio uso también en veterinaria- viene siendo señalada desde hace algunos años como un posible tratamiento para la depresión.
En junio del 2024, la American Society of Anesthesiologists (la asociación de médicos anestesiólogos estadounidenses) dijo que esta droga «actúa mucho más rápido que los medicamentos tradicionales utilizados para tratar la depresión» y es «beneficiosa para pacientes con depresión resistente al tratamiento».
Pero los expertos de Madrigal apuntan a otro terreno de la salud mental, al uso de ketamina como tratamiento para problemas relacionados con traumas, como el trastorno de estrés postraumático o PTSD (por la sigla de Post-Traumatic Stress Disorder).
Abordar el trauma con la ayuda de la nanotecnología
En marzo de este año, Madrigal anunció la conclusión de una serie de estudios en laboratorio y el pronto inicio de pruebas clínicas con pacientes humanos.
Este proceso, señalaron desde el kibutz Reim, «subraya el potencial de la ketamina combinada con la nanotecnología» para «ofrecer un enfoque transformador para el tratamiento» del PTSD, con el objetivo de abordar «el núcleo del trauma en lugar de simplemente controlar los síntomas».

Voceros de la empresa de salud mental de Israel destacaron el «aumento mundial» del impacto del trastorno de estrés postraumático, puesto de relieve a nivel local por el ataque del 7/10 y la consecuente guerra en la Franja de Gaza, que se encuentra a poquísimos kilómetros del kibutz.
Existe, enfatizaron, una «urgencia de abordar esta epidemia» como parte de «un compromiso que se intensificó a raíz de estos acontecimientos».
«Como director ejecutivo de la empresa y sobreviviente del 7 de octubre -dijo el emprendedor israelí David Gabay-, estoy personalmente comprometido a aprovechar la tecnología única e innovadora de Madrigal para abordar los graves desafíos postraumáticos que hemos identificado» después del ataque.
Gabay indicó que el objetivo de la compañía es arrancar los ensayos en pacientes humanos este año y acelerar los procesos de aprobación de la FDA, la agencia federal estadounidense que regula los medicamentos, y poder brindar «un tratamiento revolucionario para el 2026″.
Revolución de la mano de un spray
Los expertos de Madrigal desarrollaron un sistema de nanotecnología que utiliza nanopartículas orgánicas para proporcionar un mecanismo de administración seguro y preciso para una variedad de sustancias.
Utilizando un mecanismo de spray intranasal, el sistema envía las sustancias directamente al cerebro, sin pasar por el sistema digestivo y proporcionando un tratamiento rápido y centrado para los trastornos de salud mental.
De hecho, los científicos basados en Reim trabajan con otras sustancias complejas como la psilocibina y la mescalina para el tratamiento de otros problemas de salud mental, como la depresión.
A mediados del 2022, esta empresa biofarmacéutica israelí presentó un spray nasal hecho a base de drogas psicodélicas extraídas de hongos, que podría ayudar en la lucha contra la depresión y la ansiedad.