Investigadores de la Universidad de Tel Aviv descubrieron que una combinación de fármacos ya disponibles en el mercado puede dificultar la metástasis ósea y mejorar la supervivencia de pacientes con cáncer.
Desde la universidad israelí destacaron que más del 75 por ciento de las pacientes con cáncer de mama metastásico padecen metástasis óseas.
La buena noticia es que, «combinando dos fármacos existentes pudimos reducir la metástasis ósea» en animales de laboratorio «y mejorar su supervivencia», señalaron los investigadores.
«Creemos que, en el futuro, este tratamiento podrá aplicarse a pacientes humanos», agregaron los voceros de la universidad sobre los resultados del estudio, que se publicaron en la revista Cancer Discovery.
La profesora Neta Erez, que lideró el estudio junto a la doctora Lea Monteran, recordó que «un tumor es más que una colección de células cancerosas».
«Al igual que los tejidos sanos -señaló-, un tumor es un ecosistema completo que consta de interacciones recíprocas entre diferentes tipos de células», incluidas las del sistema inmunológico, de los tejidos conectivos o los vasos sanguíneos, entre tantos otros.
Además, continuó, «las células cancerosas a menudo ‘corrompen’ las células normales, haciendo que ‘colaboren’ con el tumor y apoyen el crecimiento de las células cancerosas».
La importancia de estudiar las primeras etapas
Bloquear los canales de comunicación entre las células cancerosas y las células sanas en una etapa temprana, dijo la investigadora, puede «obstaculizar el crecimiento de las células cancerosas en los huesos».
Por eso, para lograrlo, «se deben investigar las primeras etapas del proceso», enfatizó.

Para comprender los procesos de metástasis ósea, los investigadores compararon tres tipos de huesos de ratones modelo: sanos, metástasis en etapa temprana y metástasis avanzada. Descubrieron que cuando comienza la metástasis ósea, las células T del sistema inmunológico llegan al lugar y penetran en las metástasis, pero no pueden destruirlas.
A continuación, hallaron que la actividad «asesina» de las células T es inhibida por otro tipo de células inmunes e identificaron las proteínas responsables de este efecto.
Para neutralizar esas proteínas inhibidoras y reactivar las células T, crearon una nueva combinación terapéutica que nunca antes se había probado: un fármaco que contrarresta la actividad de las células inmuno-inhibidoras, junto con un anticuerpo que activa las células T.
Esa combinación se administró a ratones modelo y los resultados fueron alentadores: las metástasis óseas se redujeron y la supervivencia mejoró significativamente en comparación con los ratones modelo no tratados.
Con la ayuda de importantes hospitales
En la etapa final del estudio, los investigadores de la universidad trabajaron con colegas de los hospitales Sheba e Ijilov, de la zona de Tel Aviv, y de la Facultad de Medicina Baylor de Texas.
Juntos examinaron muestras de tejido de metástasis óseas tomadas de pacientes con cáncer de mama, así como de otros tipos de cáncer, y descubrieron que las células inmunes que inhiben las células T expresan las mismas proteínas que las encontradas en el modelo animal.
Erez remarcó que la «gran ventaja» del posible tratamiento es que los fármacos que se utilizaron «ya están disponibles en el mercado y, en consecuencia, el proceso de obtención de permisos para utilizarlos contra las metástasis óseas en humanos puede ser relativamente corto».