El Instituto Weizmann de Israel abrió un nuevo frente de batalla contra el COVID-19: una investigación que puede llevar al desarrollo de pequeños anticuerpos capaces de «deslizarse» a través del robusto sistema de defensa del coronavirus
Según explicó el instituto israelí, el proceso implica el diseño de millones de moléculas sintéticas minúsculas, llamadas nanocuerpos, y los investigadores pretenden centrarse en las moléculas más prometedoras como posibles candidatos para nuevos medicamentos para tratar el virus COVID-19.
El equipo, encabezado por el profesor Sarel Fleishman, del Departamento de Ciencias Biomoleculares del Weizmann, utiliza una plataforma de investigación única que combina el diseño computacional de moléculas y experimentos de laboratorio, con el objetivo de diseñar pequeños anticuerpos que puedan «colarse» a través del sistema de defensa del virus.
Fleishman desarrolla modelos computacionales para el diseño rápido de «proteínas personalizadas».
Sus métodos innovadores están disponibles para la comunidad científica global a través de servidores web públicos «y ya han sido adoptados por cientos de laboratorios en todo el mundo«, afirman desde el instituto.
«Los algoritmos en el corazón de la herramienta computacional se basan en la comprensión de las formas en que las proteínas se pliegan en el espacio y ejercen sus funciones», señalaron.
Gran parte del trabajo de Fleishman se centra en los anticuerpos, proteínas que defienden el cuerpo contra los invasores que causan enfermedades, como virus y bacterias.
Su investigación ya ha llevado al diseño de una posible vacuna contra la malaria, y ahora está concentrando sus esfuerzos en el coronavirus.
Para hacerlo, la investigación se concentrará en un componente estructural particular del coronavirus, la «proteína spike», que juega un papel clave en el proceso de «entrada» de la infección a las personas.
Fleishman tiene como objetivo diseñar nanocuerpos que se unan a puntos vulnerables en la «spike», deteniendo así el proceso de infección.