Las células de los donantes de Israel, y también de Alemania y Brasil, llegaron finalmente al país después de estar frenadas a causa de las restricciones que se impusieron por la pandemia de coronavirus
Según informó el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) de Argentina, la llegada del material para transplantes se llevó a cabo en «distintas fases», comenzando el 16 de abril con las células progenitoras hematopoyéticas (CPH, conocido como trasplante de médula ósea) provenientes de Israel.
Las personas que se beneficiarán con los trasplantes «son pacientes con enfermedades hematológicas que sólo pueden ser tratadas con un trasplante» de CPH y que «no cuentan con un donante compatible en su grupo familiar, lo que sucede en el 75 por ciento de los casos», explicó el Incucai en un comunicado.
«Es por ello -añadió- que se debe recurrir a un donante no emparentado a través de los registros de donantes del mundo».
Según informó la agencia de noticias estatal argentina Telam, «si bien se trata de un procedimiento habitual, la pandemia del coronavirus y las consecuentes restricciones para los viajes y traslados complicaron el procedimiento y derivaron en gestiones que, finalmente, permitieron concretar el envío» del material para transplantes.
Habitualmente, el traslado de células de donantes del extranjero se realiza en vuelos de pasajeros con la participación de personal especializado, pero con la implementación de las medidas preventivas de aislamiento social ante el avance del COVID-19 «se analizaron diferentes opciones para el traslado» de las células de donantes, dijeron desde el Incucai.
En este caso, las autoridades argentinas optaron por encargar el traslado a pilotos y tripulantes de vuelos de carga llegando a Buenos Aires.