Fumar durante el embarazo es uno de los factores de riesgo más importantes para los malos resultados de la gestación, recordó la Universidad Hebrea de Jerusalén, cuyos científicos descubrieron nuevos posibles problemas en este frente.
La universidad citó estudios realizados recientemente en Estados Unidos, que mostraron que el 10,7 por ciento de todas las mujeres fuman durante el embarazo o están expuestas al humo de segunda mano.
Al hacerlo, advirtieron, colocan a sus bebés en mayor riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y retrasos en el desarrollo en contraste con sus contrapartes no fumadoras.
En adición a los riesgos ya conocidos, un equipo de investigación internacional dirigido por la doctora Yael Bar-Zeev, de la Facultad de Salud Pública y Medicina Comunitaria Braun de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en colaboración con el doctor Haile Zelalem y la profesora Ilana Chertok de la Universidad de Ohio, descubrió que fumar durante el embarazo también puede aumentar el riesgo de una mujer de desarrollar diabetes gestacional.
La diabetes gestacional conlleva mayores riesgos de complicaciones durante el embarazo y el parto, como la macrosomía (bebés de mayor tamaño que el promedio) y partos por cesárea.
Según el reporte, Bar-Zeev y su equipo realizaron un análisis secundario de datos recopilados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos durante la observación de 222.408 mujeres que dieron a luz durante el periodo 2009-2015, de las cuales 12.897 (5.3%) fueron diagnosticadas con diabetes gestacional.
Los investigadores descubrieron que las mujeres embarazadas que fuman la misma cantidad o más de cigarrillos por día que hicieron antes de su embarazo tienen casi un 50 por ciento más de probabilidades de desarrollar diabetes gestacional.
Por otro lado, las mujeres embarazadas que reducen el número de cigarrillos consumidos aún tienen un riesgo 22 por ciento mayor que las mujeres que nunca fumaron o que dejaron de fumar dos años antes de quedar embarazadas.
«Idealmente, las mujeres deberían dejar de fumar antes de intentar quedar embarazadas», advirtió Bar-Zeev.
«Además, debido a los altos riesgos involucrados, es imperativo que las fumadoras embarazadas tengan acceso a programas específicos para dejar de fumar», dijo la investigadora, según la cual este tipo de ayudas no son todavía suficientemente accesibles o no están diseñados para mujeres encintas.