Una empresa israelí desarrolló un sistema para extraer células del propio paciente y hacer crecer a partir de ellas el tejido óseo necesario para remplazar, de manera imperceptible, el hueso perdido por lesión o enfermedad.
Millones de personas en todo el mundo pierden tejido óseo por diversas razones, desde traumatismos a guerras, pasando por la osteoporosis y el cáncer.
«Hasta ahora, el estándar de oro para los pacientes que habían perdido tejido óseo era tomar un hueso de un lugar del cuerpo y trasladarlo al lugar del injerto», destacó el doctor Tomer Bronshtein, vicepresidente de Desarrollo Empresarial de Bonus Biogroup.
Bronshtein explicó que, por ejemplo, si un paciente está perdiendo hueso en la mandíbula inferior, se puede tomar una de las costillas, cortarla y ponerla en el sitio que necesita el remplazo. «Y eso se está haciendo en millones de pacientes cada año en todo el mundo», remarcó.
Se trata de un procedimiento sencillo cuando involucra una pequeña cantidad de tejido, le dijo el investigador al portal NoCamels. Pero usar grandes cantidades de hueso, advirtió, significa «dejar un hueco en la ubicación original».
El sistema desarrollado por Bonus toma del cuerpo del paciente células conocidas como mesenquimales (MSC), cuyas características les permiten renovarse y cambiar su función.
Haciendo crecer tejido en un biorreactor
Luego, las cultivan in vitro hasta hacer crecer «la cantidad y especificación que necesitamos dentro del área del trauma o brecha» en el hueso y, «en un tiempo relativamente corto, tenemos suficiente» tejido óseo, bautizado BonoFill, para rellenar la cavidad, describió.
Las células MSC se colocan en un biorreactor que recrea las condiciones de crecimiento dentro del cuerpo humano y después de dos semanas el tejido se puede inyectar en el hueco del hueso, precisó NoCamels.
Cada paciente, agregó el informe, recibe un trasplante compuesto únicamente de sus propias células originales. El CEO de Bonus, el doctor Shai Meretzki, subrayó que esa es la única manera de crear una reparación «perfecta», con tejido que permanecerá en el cuerpo de por vida.
«No se puede saber dónde estaba la cavidad: es un hueso completamente sano y normal», aseguró Meretzki, según el cual se trata de «una curación total y completa».
BonoFill, indicó el informe, ya completó la fase dos de ensayos clínicos para reconstrucciones faciales, con una tasa de éxito del 90 por ciento. La empresa está entrando ahora en la fase tres de ensayos en Estados Unidos, donde espera recibir la aprobación federal de la FDA.
En Israel, las pruebas clínicas se expandieron desde el estallido de la guerra en la Franja de Gaza, para ayudar a los heridos en combate.
«La mayoría de los soldados están protegidos con chalecos antibalas, pero las extremidades están completamente expuestas», dijo Meretzki. «Estamos haciendo todo lo que podemos para ayudar y facilitar la curación también en esta área», completó.