Científicos israelíes están trabajando contrarreloj para desarrollar una vacuna contra el coronavirus, y uno de los institutos en esta carrera, el Migal, que tiene su base en la Galilea, en el norte del país, aseguró que podría tenerla lista en cuestión de «semanas».
Los expertos del Migal (la sigla en hebreo para Instituto de Investigaciones de la Galilea) estuvieron trabajando en los últimos cuatro años en el desarrollo de una vacuna eficaz contra el virus de la bronquitis infecciosa por coronavirus aviar -que afecta a las aves de corral, como pollos y gallinas-, y afirmaron que se puede «adaptar pronto» para la creación de «una vacuna contra el COVID-19», la variedad que ataca a los humanos.
«Dada la urgente necesidad mundial de una vacuna contra el coronavirus humano, estamos haciendo todo lo posible para acelerar el desarrollo» de esta adaptación para uso humano de la vacuna contra el virus que afecta a las aves de corral, señaló el CEO de Migal, David Zigdon.
«Nuestro objetivo -continuó- es producir la vacuna durante las próximas 8-10 semanas y lograr la aprobación de seguridad» de las instituciones regulatorias «en noventa días«.
Se tratará, señaló, de una vacuna oral «particularmente accesible al público en general».
«Actualmente estamos en intensas conversaciones con socios potenciales que pueden ayudar a acelerar la fase de ensayos en humanos y la finalización del desarrollo del producto final y las actividades reguladoras», dijo Zigdon.
En un comunicado, Migal dijo que, «después de cuatro años de investigación multidisciplinaria financiada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Israel en cooperación con el Ministerio de Agricultura», se logró un «avance científico que conducirá a la creación rápida de una vacuna contra el coronavirus».
«Esta posibilidad se identificó como un subproducto del desarrollo de una vacuna contra el virus de la bronquitis infecciosa, una enfermedad que afecta a las aves de corral, cuya eficacia se ha demostrado en ensayos preclínicos realizados en el Instituto Volcani», un centro de investigaciones en Rishon LeTzion, cerca de Tel Aviv, añadió el comunicado.
El Migal informó haber «realizado los ajustes genéticos necesarios para adaptar la vacuna al COVID-19, la cepa humana de coronavirus», y estar «trabajando para lograr las aprobaciones de seguridad que permitirán las pruebas» pertinentes.
El objetivo, concluyeron, es el de «permitir el inicio de la producción de una vacuna para contrarrestar la epidemia de coronavirus que actualmente se extiende por todo el mundo, y que hasta el momento se ha cobrado 2.666 vidas».
Las investigaciones llevadas a cabo por el Migal mostraron que el coronavirus de las aves de corral tiene una gran similitud genética con el COVID-19 humano, y que utiliza el mismo mecanismo de infección, «un hecho que aumenta la probabilidad de lograr una vacuna humana eficaz en muy poco tiempo«, completaron.