Ya de regreso en casa, después de haber sido liberada a fines de noviembre durante el cese del fuego, Mia Leimberg contó cómo su perrita Bella fue el «apoyo moral» que la ayudó a superar el cautiverio a manos del grupo terrorista Hamas en Gaza.
Mia, de 17 años, fue una de las personas secuestradas durante el ataque terrorista del 7 de octubre, cuando Hamas asesinó a 1200 personas y capturó a otras 240, la gran mayoría civiles.
Durante una entrevista que se difundió a través de las redes sociales, Mia recordó que uno de los peores momentos fue el trayecto que los miembros de Hamas la obligaron a recorrer desde el kibutz Nir Itzjak, donde se encontraba de visita junto a su madre, Gabriela, hasta Gaza.
En el camino al escondite de Hamas, dijo la joven israelí, tuvo que disimular los «cuatro kilos extra de mi pequeña y simpática perrita» de raza Shih Tzu.
«Por suerte, Bella es, a diferencia de otros perros pequeños que conozco, muy callada, a menos que esté jugando o enojada». Por eso, los terroristas que la arrastraron hasta Gaza «no se dieron cuenta».
Durante los más de cincuenta días prisionera junto a su mamá, su tía y Bella, Mia se las ingenió para alimentar a su perrita: «le dábamos las sobras» de los magros platos que les alcanzaban sus captores, «para que pudiera comer», rememoró.

En algunos momentos, a la mascota se le ocurría caminar «por el lugar donde nos mantenían» encerrados, siguió Leimberg. «Y teníamos que asegurarnos de que no explorara demasiado» ni se alejara, señaló.
Escondida en el pijama
La perrita Bella, confesó, «fue una gran ayuda para mi, me mantenía ocupada» en medio de la dramática situación en Gaza. Ella fue, en esos terribles días, «un apoyo moral, aunque no quisiera serlo» en ese encierro.
«Tuve la suerte de poder mantenerla en toda esa situación y traerla de regreso», dijo Mia desde su casa en Jerusalén. El tío y la pareja de su tía permanecen en cautiverio.
Reportando la entrevista, la agencia británica de noticias Reuters recordó que «muchas mascotas murieron o desaparecieron durante el ataque de Hamas».
«El padre de Mia, Moshe, dijo que buscaron a Bella durante las semanas que su familia estuvo en cautiverio -añadió la crónica-. El día de su liberación, se sorprendió al escuchar que ella salió con el perro en brazos».
A Mia «le preocupaba que le pasara algo a la perra si la dejaba atrás», dijo Moshe explicando el riesgo que tomó la joven al llevarla con ella al ser secuestrada. La escondió debajo de su pijama mientras los subían a un vehículo que salía del kibutz.
«Luego los llevaron a túneles«, siguió Moshe. «Ella tuvo al perro con ella todo el tiempo», y «cuando salieron del túnel tuvieron que subir por una escalera: fue entonces que los miembros de Hamas se dieron cuenta de que no era una muñeca, era un perro vivo que respiraba».
«Todavía no hemos terminado»
En base a lo que le contó Mia, el padre dijo que «se produjo una pequeña discusión y se decidió dejarla quedarse con el perro en lugar de dejarla atrás».
Citada por Reuters, la joven israelí afirmó que lucharán por la libertad de los demás rehenes, incluida la pareja de su tío y su tía. «Los extrañamos todos los días y se siente mal estar aquí sin ellos», dijo.
«Aunque estoy feliz de estar de regreso, todavía no hemos terminado» con la situación hasta que vuelvan todos los prisioneros, completó.