El kibutz Re’im, ubicado a 5 kilómetros de la frontera con Gaza, fue uno de los blancos de los terroristas de Hamas que el 7 de octubre entraron al sur de Israel para sembrar asesinatos y torturas: semanas después del ataque, miembros de la comunidad están transformando el horror en arte.
Re’im es un kibutz de 400 personas, una típica comunidad cooperativa israelí donde se cultivan hortalizas y se producen piezas de máquinas cortadas con láser. Cinco personas del kibutz fueron asesinadas y otros seis están ahora en Gaza como rehenes, recordó el Jerusalem Post.
El diario de la capital de Israel entrevistó a algunos de los impulsores de Lifeline-Arte desde las sombras, un proyecto que ofrece impresiones de alta calidad de la impactante reinterpretación de los terribles momentos vividos durante la invasión terrorista.
Son afiches que reproducen un dibujo creado en base a frases tomadas de conversaciones en el grupo de WhatsApp de Re’im en medio de la matanza: voces de terror, preocupación, pedidos de ayuda, recomendaciones sobre cómo escapar de los fusiles y cuchillos de los agresores.
Las palabras fueron procesadas en tiempo real por Adi Drimer, una artista del kibutz. Adi corrió a su habitación segura apenas escuchó las sirenas de alarma y siguió los acontecimientos, al igual que sus vecinos, a través del grupo del chat en la aplicación de su celular.

«Ese sábado, mi mente nunca dejó de correr, los mensajes y gritos de auxilio en el grupo de WhatsApp fueron implacables y tuve que dejar salir todo, trasladarlo al papel», contó Drimer.
«Re’im, mi hogar»
La artista apeló a una intensa caligrafía en hebreo y comenzó a dibujar las letras en forma de mandala, las formas geométricas, habitualmente circulares, que en la cultura budista se utilizan para buscar serenidad y alejar la ansiedad.
Escribir de esa manera las palabras de las frases que corrían desesperadas en el chat «se sintió como una mezcla de terapia y expresión artística», dijo Drimer. «Simplemente escribí y escribí, y en medio de todo, en la habitación segura, escribí estas palabras: ‘Re’im, mi hogar'».
Ese es el espíritu que empuja ahora a Adi y a otros vecinos del kibutz, que pusieron en marcha este proyecto que cuenta con un website (al que se puede acceder haciendo click aquí) donde se pueden adquirir los afiches en varios formatos.
El objetivo es reconstruir la comunidad arrasada por la violencia terrorista del grupo Hamas. «Es una situación extraña ahora porque nos aterroriza volver al kibutz, pero también lo extrañamos terriblemente porque es nuestro hogar», resumió Gal-Lee Maroodi, portavoz de la organización.
Volver y reconstruir
«No podemos dejar que ganen», contó al Jerusalem Post la joven Maroodi, quien logró escapar de la masacre junto a su esposo y su pequeña hija. «Si no volvemos y reconstruimos el kibutz, entonces habrán ganado», los terroristas, dijo, y «por eso necesitamos reconstruir, aunque sea doloroso».
En el mandala de Drimer se puede apreciar una bellísima forma geométrica, irregular y atractiva, pero también terribles frases que los vecinos del kibutz compartieron en las horas del horror:
«Se están acercando. Están en mi patio trasero. Urgente, urgente a la casa de Dvir. Daria y Levi están solos. Dvir fue asesinado. Urgente. ¡Por favor! Amigos, cierren la casa y quédense adentro. Urgente URGENTE. Por favor. Los niños están solos. Por favor».