La tradicional ceremonia del encendido de la menorá de Janucá en el Muro de los Lamentos, en Jerusalén, tuvo este año un elemento muy triste pero también cargado de esperanza: otras 138 januquiot para los rehenes que todavía esperamos que regresen a casa.
«Aquí, desde el Muro de los Lamentos, nuestras velas brillan para vosotros en la oscuridad, rezamos por ustedes, rezamos con ustedes», dijo el rabino del Kotel, Shmuel Rabinowitz.
«Toda la nación judía está con ustedes y estará con ustedes hasta que regresen a casa -agregó Rabinowitz-. Todos oramos juntos esta noche: ‘Y los hijos regresarán a sus fronteras'».
Cerca de 240 personas fueron secuestradas por agentes del grupo Hamas durante el sanguinario ataque del 7 de octubre contra el sur de Israel. Los terroristas mataron a más de 1200 personas, la mayoría de ellos civiles, y raptaron a decenas que llevaron cautivos a Gaza.
«Encender la luz para los cautivos»
Durante una tregua en la guerra que estalló luego en el enclave palestino, 110 de los secuestrados (israelíes, muchos de ellos con doble nacionalidad rusa, estadounidense y argentina, entre otras, y también trabajadores extranjeros de Tailandia y Filipinas) fueron devueltos.
A cambio, Israel excarceló a decenas de reos palestinos que cumplían penas o habían sido arrestados por delitos de terrorismo. Se estima que 138 rehenes siguen todavía en manos de Hamas y otros grupos extremistas en la Franja de Gaza.
En una emotiva ceremonia organizada el jueves por la noche por la Fundación Patrimonio del Muro de los Lamentos, tuvo lugar el encendido de la primera vela de Janucá, que esta vez simbolizó «encender la luz para los cautivos».
Enseguida se encendieron 138 januquiot simbólicas correspondientes al número de cautivos, con una oración por su regreso sanos y a salvo.
Corazones conectados
Además de Rabinowitz, de la ceremonia participaron el rabino jefe de Israel, Yitzhak Yosef, el alcalde de Jerusalén, Moshe Leon, y numerosos familiares de los secuestrados.
Entre ellos estuvieron Shlomi Berger, el padre de Agam Berger, un soldado vigía que fue secuestrado y llevado a Gaza, y Einav Danino, la madre de Uri Danino, raptado en el kibutz Re’im.
El rabino Yosef bendijo a los cautivos, los desaparecidos y a los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) que están participando de las operaciones en Gaza, donde sus objetivos son destruir a Hamas y recuperar a los prisioneros.
«Hablo desde aquí, desde el Muro Occidental, desde las piedras antiguas que son el corazón palpitante del pueblo judío», dijo Rabinowitz en otro momento de su mensaje.
«Me dirijo a nuestros hermanos y hermanas» cautivos en Gaza: «no sé si me escuchan, pero sé que sus corazones están conectados a los nuestros ahora», en la ceremonia en la capital de Israel, completó.