La terapeuta alemana-estadounidense Ruth Westheimer, más conocida como la Doctora Ruth, una huérfana del Holocausto que falleció en julio de este 2024 después de vivir 96 años a pleno, dejó una última lección: y no trata sobre sexo, sino acerca de cómo combatir la soledad.
Westheimer, nacida en 1928 en Alemania en el seno de una familia judía, escapó de la barbarie nazi cuando, en 1933, su madre la envió a una escuela suiza para refugiadas judías. Ruth nunca pudo volver a Alemania ni ver otra vez a su familia: se cree que murieron en Auschwitz.
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Cuando terminó la guerra se mudó a la tierra de Israel, vivió en un kibutz, fue francotiradora de la Haganá, se salvó de milagro cuando una bomba la hirió en los pies, y en la década del ’50 del siglo pasado partió hacia París para estudiar en la Sorbona.
En 1956 se instaló en Estados Unidos para estudiar sociología, se especializó en temas de sexualidad, comenzó a hablar de esos asuntos en un programa de radio en los ’80 y terminó convirtiéndose en una enorme celebridad.
Con su estilo desenfadado, brilló en los talk shows de la televisión y publicó numerosos libros en los que enseñó a los estadounidenses, y a todos los que estuvieran interesados alrededor del planeta, a querer sus propios cuerpos y vivir la sexualidad de manera segura y feliz.
Un mensaje final de la Doctora Ruth
La Doctora Ruth, un huracán mediático de apenas 1,40 de altura, falleció el 12 de julio último en Nueva York y su partida física ocupó, obviamente, grandes espacios en los medios y en las redes.
El interés se reavivó gracias a la publicación de su libro póstumo, The Joy Of Connections: 100 Ways To Beat Loneliness And Live A Happier And More Meaningful Life (La alegría de las conexiones: 100 maneras de vencer la soledad y vivir una vida más feliz y significativa, Rodale Books).
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La obra nació de una amistad, la que trabaron Westheimer y la periodista estadounidense Allison Gilbert, quien entrevistó a la Doctora Ruth en agosto del 2023. Gilbert, de 54 años, y la terapeuta conectaron rápidamente y al poco tiempo estaban trabajando juntas en el libro.
«Una vez que terminamos la entrevista, lo único que queríamos era seguir juntas, y para mí, esa fue la alegría más inesperada», le contó la periodista a la revista Fortune. «Tuvimos una amistad muy profunda» que se activó «muy rápido», describió.
La cuestión que quería abordar Westheimer con su nueva amiga era cómo combatir la soledad, uno de los grandes problemas de la modernidad ultra tecnificada. La socióloga falleció antes de poder terminar el libro, por lo que Gilbert lo completó junto al habitual colaborador de Ruth, Pierre Lehu.
«No importa por qué se siente solo, y no tiene por qué sentirse culpable por ello», dijo Lehu durante una entrevista con el portal She Knows. Los consejos de la Doctora Ruth, prometió el coautor del libro a los lectores, «los ayudarán».
Mirarse al espejo
A lo largo de The Joy Of Connections, Westheimer se mantiene alejada de las razones que pueden haber llevado a una persona a estar inmersa en la soledad y, en cambio, se concentra en consejos para combatir los síntomas y dar pasos concretos para cambiar esa situación.
Se trata, le dice Ruth al lector o la lectora, de «aceptar la gravedad de tu situación en relación con la soledad». La socióloga propone prestar atención a los momentos en que se elige estar solo y «remplazarlos gradualmente» por «oportunidades para la conexión social».
«Ese reconocimiento debe ser tu motivación para salir de casa«, remarca en el libro.
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Los cien consejos, destaca la reseña de She Knows, son pasos sencillos y prácticos que se pueden dar hoy mismo para aliviar la soledad, comenzando por reconocer el problema. En palabras de la Doctora Ruth: «mírate en el espejo y haz las paces contigo mismo».
Pequeños pasos que se van sumando
«Te insto a que des pequeños pasos en tu batalla contra la soledad», se lee en el libro. Esos pasos pequeños, remarcó, «son importantes porque son más factibles y sostenibles que los grandes».
«Con el tiempo, se irán sumando y serás más feliz y tendrás más conexiones» que servirán para combatir la soledad, aseguró.
¿Ejemplos? Salir a la calle con «accesorios» que puedan animar a la gente a comunicarse, como camisetas con el logo de la universidad o la escuela o «stickers de tus organizaciones favoritas». Es decir, motivos para conversar con otras personas.
En la charla con Fortune, Gilbert recordó que Westheimer tenía cientos de muñecos o figuras de tortugas en miniatura en su casa, «ya que le encantaba la metáfora que transmitían»: si una tortuga quiere sobrevivir, debe asomar la cabeza a través del caparazón.
«Todos debemos correr ese riesgo», dijo Gilbert citando a la Doctora Ruth.
Hay que crear el propio empujón «para salir -concluyó la periodista-: nuestro deseo de conexión social, de amistades, de relaciones románticas, tiene que ser más poderoso que ese imán que nos ata al sofá» de casa.