Un israelí aficionado a los juegos de azar demostró tener, además de suerte, una gran fuerza de voluntad: ganó 60 millones de shekels en el Lotto (unos 16,8 millones de dólares) y los fue a retirar un mes después de haber sido alcanzado por la fortuna.
«Es cierto que pasó casi un mes, pero todavía todo está muy fresco para nosotros -contó el suertudo israelí-. Mi esposa y yo todavía estamos en el proceso de ‘digerir’ la noticia».
Citado por el portal Walla, el anónimo apostador admitió que todavía no sabe que hará con el dinero ganado en la lotería. Todavía «no le contamos a nadie sobre el premio: protegemos celosamente nuestra privacidad», aseveró.
El método de la lotería en Israel es el Powerball, que consiste en la selección de seis números entre treinta y siete (cerca de 2,5 millones de opciones diferentes), más un número extra entre el 1 y el 8, con un total de más de 16 millones de alineaciones posibles.
Seguido por miles de israelíes que esperan un golpe de suerte, el sorteo del Lotto se realiza dos veces por semana (martes y sábado por la noche). Periódicamente se acumulan pozos millonarios, como en este caso.
Walla reveló solamente que el ganador reside en la zona central del país y que «trabaja desde hace treinta años». ¿Cómo se quedó con la colección de números ganadora? «Terminé la jornada laboral y pasé por la cabina de lotería de camino a casa», contó el ahora millonario.
No eligió los números, sino que dejó que fueran seleccionados automáticamente por la máquina que se encuentra en las estaciones autorizadas de la lotería. Y pagó 60 shekels.
Sesenta shekels por sesenta millones
Al momento de pagar, una broma profética: «con mucho gusto invertiré 60 shekels y para recuperar 60 millones», le dijo al empleado del local. «Nunca pensé que ese juego de palabras que inventé en el momento se haría realidad y que sería el único ganador de esa lotería», confesó.
«Me enteré que gané dos días después del sorteo», continuó el relato. «Tuve que tomarme mi tiempo, digerir, pensar, entender el significado» de semejante revolución financiera en su vida. «Por eso me demoré en cobrar las ganancias», explicó.
Por cierto, el ganador sabía que «no tenía llegar a la lotería de inmediato, y que tenía un plazo de seis meses para recibir el premio». La paciencia, en todo caso, le duró bastante, casi un mes.