Los israelíes mayores de 60 años están resistiendo mejor el impacto del ataque terrorista del 7 de octubre del 2023 y la consiguiente guerra en Gaza en la salud mental respecto de sus compatriotas más jóvenes, descubrió un estudio de investigadores de la Universidad Bar-Ilan.
«A pesar de los desafíos planteados por la guerra entre Israel y Hamas, los adultos mayores demostraron una resiliencia notable en comparación con los más jóvenes», resumió el profesor Amit Shrira, quien encabezó el estudio junto a su colega Yuval Palgi.
La exposición a eventos traumáticos, como la guerra o el ataque de octubre, que dejó 1200 muertos en el sur del país y decenas de rehenes cautivos en Gaza, puede provocar síntomas de estrés agudo, recordaron los investigadores.
Esos efectos, precisaron, pueden durar algunas semanas y también puede provocar síntomas de trastorno de estrés postraumático (o PTSD, por la sigla de post-traumatic stress disorder), que persisten más tiempo.
Tras el estallido de la guerra, el profesor Shrira dirigió un estudio que midió los síntomas del estrés agudo y del PTSD entre los israelíes entre noviembre y diciembre del 2023, arrojando luz sobre el impacto del conflicto sobre la salud mental a través de distintas generaciones.
Para el proyecto se utilizó la plataforma online Qualtrics, las redes sociales y enfoques adicionales para llegar a diversos grupos de participantes, y se recibieron 428 respuestas.
Estrés y angustia
Los resultados, publicados en el Journal of Psychiatric Research, revelaron diferencias sorprendentes entre los adultos jóvenes (de 20 a 59 años) y los adultos mayores de (60 a 87 años).
Durante la semana inicial del conflicto, los adultos jóvenes informaron niveles significativamente más altos de síntomas de estrés agudo, y el 24,8 por ciento experimentaba angustia.
En las semanas siguientes, la prevalencia de probable PTSD entre este grupo se disparó al 42,8 por ciento. Por el contrario, los adultos mayores mostraron tasas más bajas de estrés agudo (3,7 por ciento) durante la primera semana y solamente el 13,7 por ciento informó probable PTSD en las semanas siguientes.
Los investigadores profundizaron en dos hipótesis para explicar estas variaciones, comenzando con la «vulnerabilidad», que sugiere la susceptibilidad de los adultos mayores a la psicopatología inducida por el trauma debido a la fragilidad física y el apoyo social reducido.
Por otro lado, la «inoculación», que destaca la resiliencia de los adultos mayores debido a la experiencia de vida y a sus mecanismos ya probados y confiables para enfrentar situaciones difíciles.
La importancia de la experiencia
Según Shrira, los hallazgos respaldan en gran medida la hipótesis de la inoculación. «Los adultos mayores -apuntó- mostraron una resiliencia impresionante durante el tumultuoso período del conflicto».
Esto, abundó, significa que «a pesar de experimentar una disminución de sus recursos físicos, cognitivos y sociales, los adultos mayores aún pueden tener otros recursos que los ayudan a afrontar eventos traumáticos».
Algunos de esos recursos, continuó el profesor israelí, incluyen «experiencia de vida, sabiduría, capacidades de regulación emocional y el uso de estrategias para compensar las habilidades perdidas mientras se optimizan las preservadas».
Además, es posible que los adultos mayores se hayan adaptado al conflicto actual «basándose en sus experiencias pasadas con la guerra, incluidos eventos importantes como la Guerra de Iom Kipur», concluyó.