Con el país en medio de la guerra en Gaza, un creciente enfrentamiento con Hezbollah en el norte y pocas horas después de una dramática lluvia de misiles lanzada desde Irán, en Israel se recibe el nuevo año, el Rosh Hashaná 5785, con sillas vacías en las mesas y cerca de los refugios.
En la mañana de este miércoles, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) difundieron las normativas actualizadas de seguridad para los civiles, en particular para el norte del país, bajo constantes bombardeos de Hezbollah, el grupo basado en el sur del Líbano.
Por ejemplo, y justo a tiempo para Rosh Hashaná, se decidió permitir reuniones de hasta cincuenta personas en espacios al aire libre (en lugar de diez) y de 250 en lugares cerrados (antes eran solamente 150) en parte de la Galilea.
Cerca de Haifa, las reuniones pueden ser de hasta sesenta personas en lugares a cielo abierto, elevando el límite previo de treinta.
Esos son algunos de los detalles que los israelíes deben tener en cuenta en estos días al momento de organizar reuniones. Y la alegría habitual que rodea esta importante festividad enfrenta también el desafío de las sillas vacías a lo largo de todo el país.
Miles de soldados están actualmente involucrados en las operaciones en Gaza y en el sur del Líbano, adonde las FDI ingresaron de manera limitada en los últimos días. Varias brigadas de reservistas fueron convocadas al servicio poco antes de Rosh Hashaná.
Los primeros caídos en el Líbano
Este miércoles se informó, precisamente, que siete soldados cayeron durante una emboscada tendida por miembros de Hezbollah y otros incidentes en el Líbano. Son otras siete sillas que estarán vacías en estas celebraciones por el año nuevo judío.
Y están, por supuesto, los lugares que no podrán ocupar los rehenes secuestrados por Hamas durante el ataque del 7 de octubre del 2023 contra el sur de Israel y que siguen cautivos en Gaza.
Aquel día, los miembros del grupo islamista palestino que invadieron la zona fronteriza con Gaza asesinaron a 1200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron unos 250 rehenes.
Se estima que alrededor de un centenar de ellos seguiría con vida, encerrados en espantosas condiciones en los túneles de Gaza.
Miel amarga
«La promesa de un Año Nuevo dulce parece una broma cruel» en esta ocasión, escribió en una columna de opinión la periodista Tamar Uriel-Beeri, subdirectora jefe de redacción del Jerusalem Post.
«Mientras en Israel nos preparamos para reunirnos con nuestros seres queridos, ¿cómo podemos celebrar genuinamente cuando 101 de los nuestros siguen cautivos, con su destino incierto en manos de los terroristas de Hamas?», remarcó.
Este año, concluyó Uriel-Beeri, la tradicional miel que los judíos ponen en las mesas de Rosh Hashaná desde hace siglos para invocar esa dulzura que se desea para los próximos doce meses, «va a tener sabor amargo».