Una expedición de científicos del Technion, una de las principales universidades de Israel, descubrió que los virus pueden afectar seriamente a la vital población de bacterias productoras de oxígeno en los océanos
Aunque pueda sonar sorprendente, la mitad del oxígeno en el planeta no es producido por plantas en la tierra, sino por sus «parientes» unicelulares que viven en el océano, recordaron los investigadores que participaron del estudio, cuyos resultados se publicaron en Nature Microbiology.
Uno de los principales grupos de estas «plantas» son las cianobacterias (también conocidas anteriormente como «algas verdeazuladas»).
Al igual que las plantas terrestres, las cianobacterias realizan fotosíntesis: atrapan CO2 para producir oxígeno y compuestos orgánicos como grasas y azúcares, entre otros. Y, como cualquier otro organismo vivo, a veces las cianobacterias se infectan con virus.
Con ese tema en mente, un equipo encabezado por la profesora Debbie Lindell, de la Facultad de Biología del Technion, trabajó para descubrir que, al igual que los humanos, las cianobacterias pueden experimentar epidemias virales que afectan significativamente a su población.
El equipo de investigadores navegó a lo largo del Océano Pacífico para estudiar las poblaciones de dos cianobacterias comunes: Prochlorococcus y Synechococcus.
Los dos géneros viven en diferentes latitudes: los primeros en aguas más cálidas pero menos ricas en nutrientes, mientras que los segundos prefieren latitudes más frías y abundantes en alimentos sustanciosos.
En el área intermedia, ambos géneros prosperan creando un «hotspot» o punto de encuentro, conocido como la «ciudad de cianobacterias».
Los científicos vieron que ese «hotspot» resultó ser también un punto «caliente» de actividad viral.
No se sabía que una infección viral pudiera tener un efecto tan dramático en las poblaciones de cianobacterias
«Al igual que una ciudad bulliciosa registra muchas más infecciones que una aldea remota -señaló el Technion-, en la ‘ciudad de cianobacterias’ se infectan más» de estas «plantas».
Un estudio de la profesora Lindell y el doctor Michael Carlson había mostrado, gracias a una serie de experimentos realizada entre los años 2015 y 2016, que las cianobacterias se infectaban en un nivel tres veces superior en la zona de la «ciudad».
Pero cuando el equipo llegó al mismo lugar en el 2017, hallaron que la población de Prochlorococcus en el «hotspot» se había reducido significativamente y mostraba diez veces más infecciones de lo normal.
Navegando hacia el norte desde Hawaii, el grupo pudo muestrear los mismos lugares durante tres años con alta resolución espacial y descubrir el evento de infección del 2017.
Datos satelitales sobre la temperatura del agua y la concentración de clorofila permitieron al grupo inferir que el fenómeno que observaron se extendió por el Océano Pacífico Norte y no se limitó a la única ruta por la que navegaron.
Hasta ahora no se sabía que una infección viral pudiera tener un efecto tan dramático en las poblaciones de cianobacterias.
Los científicos estaban al tanto obviamente de que los virus infectan y matan a las cianobacterias. Sin embargo, además de otros factores que afectan el tamaño de la población (ser consumida por organismos más grandes, la temperatura del agua, la disponibilidad de nutrientes, por ejemplo), se desconocía que la infección viral fuera significativa.
Los hallazgos del grupo de la profesora Lindell, apuntó el reporte del Technion, se pueden comparar con los de los investigadores que, «después de haber conocido durante años sobre la gripe, descubrieron repentinamente la gripe española de 1918».