Es una carrera a largo plazo, pero tres empresas nacionales cumplieron un importante avance: esta semana se inauguró en el norte de Israel la primera estación de carga de de hidrógeno para automóviles y camiones del país.
Se trata de un proyecto conjunto que desarrollaron la proveedora de combustible Sonol, que es la tercera cadena de estaciones de servicio más grande del país, el distribuidor de automóviles de alta gama Colmobil y la empresa de refinación de petróleo y petroquímica Bazan, ubicada en Haifa.
El dispositivo de carga de hidrógeno, que contó también con el impulso y la financiación parcial del Ministerio de Energía de Israel, está ubicado en una estación de servicio de Sonol cerca del kibutz Yagur, a diez kilómetros de las refinerías de petróleo de Bazán.
La estación es realmente innovadora. Cuenta con surtidores de combustible convencional pero también puestos de recarga para automóviles eléctricos.
Además, Sonol instalará allí un sistema para el almacenamiento de la energía solar que producen sus paneles, que hará a la estación autosuficiente.
Investigando el sector
Según reportó la prensa israelí, que le dio gran cobertura a la inauguración, el Grupo Sonol estuvo investigando el sector y trabajando con empresas líderes como Linde y H2Mobility, responsables de cientos de estaciones de hidrógeno en Europa.
אירוע השקת תחנת מימן הראשון בישראל ????????
— israel_ev_club (@tal_ievc) May 8, 2023
????תחנת דלק/חשמל/מימן סונול - יגור
תאי דלק מבוססי מימן H2
בארץ יש 3 משאיות בפיילוט ראשון ובעתיד כולמוביל מתכונים לייבא לארץ רכבים על מימן
זמן התדלוק קצר - כמה דקות
בשיתוף #סונטל #בזן #כלמוביל pic.twitter.com/sK0oqS3xxV
La empresa, apuntó el Jerusalem Post, «planea utilizar» la experiencia en Yagur «para abrir más estaciones en Israel en el futuro, dependiendo del desarrollo de la industria de vehículos de hidrógeno».
Hay que tener en cuenta, añadió el reporte, que cada futura estación «requerirá una inversión de más de 5 millones de shekels», unos 1,4 millones de dólares. El proyecto en la zona del kibutz Yagur, por su parte, costó un estimado de 12 millones de shekels (3,3 millones de dólares).
Además, la apuesta puede tomar mucho tiempo en producir dividendos económicos. Citada por el diario de la capital israelí, la experta Karen Simon, de Energean, advirtió que, «a menos que haya alguna tecnología de fusión» o «nueva e innovadora», la gasolina «seguirá siendo una fuente de combustible muy estratégica durante diez, veinte o treinta años».
Un saludo del presidente
De todas maneras, esta revolución ya está en marcha, como demostró la inauguración del nuevo surtidor de hidrógeno de Sonol, de la que participó el ministro de Energía, Israel Katz, y contó con un saludo vía video del presidente, Itzjak Herzog.
Con la apertura de la estación, destacó el diario Maariv, Israel «se suma a la lista de países avanzados del mundo, encabezada por Alemania, Suiza, Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y Canadá, que se están cambiando a energías renovables para el transporte».
El periódico recordó, también, que Colmobil importa a Israel el XCIENT Fuel Cell de Hyundai, que es el primer camión de hidrógeno producido de manera masiva en el mundo. En los próximos días, indicó, tres camiones de esa marca estarán circulando por las carreteras del país.
«Israel es el cuarto país del mundo en operar camiones de este tipo, uniéndose a Suiza, Corea del Sur y Nueva Zelanda», señaló Maariv, según el cual la autonomía del vehículo de carga es de más de 400 kilómetros por repostaje en condiciones de conducción reales.
Israel, pionero en el desarrollo de tecnologías de hidrógeno
Uno de los «cerebros» detrás de la introducción de esta fuente de energía en el país, el profesor Lior Elbaz, de la Universidad Bar-Ilan, aseguró que Israel «es pionero en el desarrollo de tecnologías de hidrógeno».
«Tenemos algunas ideas muy brillantes e interesantes que se están notando en todo el mundo -reveló el académico-. Como resultado, vemos que llegan inversiones» para proyectos como un sistema de hidrógeno para pasteurizar leche en el kibutz Yotvata y la introducción de dos camiones recolectores de basura en Tel Aviv, impulsados por el mismo elemento.
Es que, al fin y al cabo, «no tenemos otra opción», advirtió Elbaz, porque «el clima está cambiando, las temperaturas están subiendo y estamos corriendo contrarreloj para mejorar las cosas, para que la próxima generación no sufra» por el daño al medio ambiente.