Las células del sistema inmune cuentan con «frenos» que les permiten detenerse en el punto del cuerpo humano adonde se las necesita, reveló un reporte de investigadores del Instituto Weizmann, de Israel
Esos «frenos» son fundamentales porque las células inmunitarias se deslizan a través de los vasos sanguíneos de nuestro cuerpo a una velocidad vertiginosa, deteniéndose solamente en puntos críticos «con la precisión de un avión que aterriza en la cubierta de un portaaviones».
Los investigadores de la universidad israelí, que tiene su base en Rehovot, unos 20 kilómetros al sur de Tel Aviv, apuntaron que esa «notable capacidad» les permite «salir de los vasos justo en los lugares correctos para cruzar a cualquier sitio de lesión o a los ganglios linfáticos, que patrullan continuamente en busca de señales de infección».
Puestos a investigar cómo detectan esos sitios de salida con una precisión extraordinaria, los expertos del Weizmann descubrieron que las células inmunitarias clave llamadas linfocitos T «mantienen la maquinaria de frenado justo al alcance de sus manos», indicaron desde la universidad.
Los expertos recordaron que, a pesar de que tendemos a imaginar las células como microscópicos globos lisos, las superficies de muchas de ellas, y en especial de las inmunitarias, incluidos los linfocitos T que patrullan los ganglios linfáticos, «son cualquier cosa menos uniformes».
Sus membranas externas, continuaron, tienen «proyecciones elásticas similares a dedos, llamadas microvellosidades, que ayudan a las células a sentir e interactuar con su entorno».
Las células se detienen «con la precisión de un avión que aterriza en la cubierta de un portaaviones»
Cuando un linfocito T necesita cruzar la pared de un vaso sanguíneo para ingresar a un ganglio linfático, los receptores en sus «dedos» se unen a proteínas especializadas en la pared del vaso.
Toda la «maquinaria» que necesitan las células T para su «frenado rápido» está, de hecho, «preensamblada en las puntas de sus microvellosidades, lo que explica cómo logran transmitir la señal de frenado en menos de medio segundo», explicó el profesor Ronen Alon, uno de los jefes del estudio.
Al anunciar los resultados de esta investigación, el Weizmann aseguró que, además de arrojar nueva luz sobre la forma en que las células T realizan la «vigilancia inmunológica» del cuerpo, estos hallazgos «abren una nueva dirección de investigación».
¿En qué terreno? El de los mecanismos que guían el movimiento de otros tipos de células, incluidas las células tumorales que, mientras fluyen a través de los vasos sanguíneos, llegan a una «parada» en los sitios de metástasis, destacaron desde Rehovot.
Más aun: estos hallazgos pueden algún día ayudar a desarrollar formas de manipular el movimiento de las células inmunitarias «a pedido», aseguraron voceros de la universidad israelí.
Por ejemplo, puede ser posible mejorar la eficacia de las vacunas aumentando la cantidad de receptores en las microvellosidades para optimizar la capacidad de las células inmunitarias para llegar a los ganglios linfáticos.
O, por el contrario, restringir dicha llegada para reducir el riesgo de enfermedades autoinmunes, completaron.
Para leer más (en inglés) sobre los resultados de la investigación -llevada a cabo también por la doctora Sara Feigelson, el profesor Gilad Haran y el doctor Shirsendu Ghosh- se puede hacer click aquí.