Un programa internacional organizado por el Austrian Space Forum (OeWF) junto a la Agencia Espacial de Israel montó una «base marciana» en el desierto del Negev, en el sur del país, para simular las condiciones que los astronautas deberán enfrentar en una eventual expedición al planeta rojo
Aunque parecen de ficción, fotografías reales difundidas por el foro muestran a un grupo de seis «astronautas» recorriendo la zona conocida como Cráter Ramon, una erosión en el suelo desértico que se asemeja, precisamente, al producto del choque de un meteorito contra la Tierra.
La composición geológica del «cráter» en el Negev, de 40 kilómetros de ancho, «es en muchos aspectos similar a la de Marte y, por lo tanto, hace de este lugar un escenario ideal para esta misión analógica», afirmó el embajador de Israel en Austria, Mordejai Rodgold.
En el lugar, unos 85 kilómetros al sur de la ciudad de Beer Sheva, y dentro del enorme «cráter», los organizadores del proyecto -bautizado AMADEE-20- levantaron el «campamento marciano», donde los «astronautas» estarán aislados hasta el 31 de octubre.
El objetivo es «desarrollar conocimientos» que puedan servir para una futura misión a Marte
Los expertos que participan de la misión, llamados «astronautas analógicos», elegidos específicamente para testear los trajes espaciales, incluyen al israelí Alon Tenzer (un especialista en matemáticas y ciencias de la aviación), el holandés Thomas Wijnen y el austríaco Robert Wild.
También se encuentran ya aislados en la «base marciana» la alemana Anika Mehlis, el español Iñigo Muñoz-Elorza y el jefe de la misión, el portugués João Lousada.
Hasta el último día de este mes, el equipo investigará para futuras misiones espaciales a Marte, llevando a cabo al menos veinticinco experimentos en diversos terrenos científicos, desde la biología a la aeronáutica.
En particular, se espera que los expertos internacionales trabajen en pruebas con un prototipo de dron que funciona sin GPS y con vehículos cartográficos automáticos que funcionan con energía solar y eólica.
Se trata, en resumen, de «desarrollar conocimientos» para la gestión de una próxima misión humana a Marte «mediante la implementación de un modelo realista» de campamento y de centro de apoyo para la expedición, incluyendo «las acciones de los astronautas», señalaron los responsables del AMADEE-20.
El programa es «un sueño hecho realidad», afirmó el «astronauta» israelí
Según un informe de la agencia AFP, la misión también tendrá como objetivo «estudiar el comportamiento humano y el efecto del aislamiento en los astronautas».
En ese sentido, el director del Austrian Space Forum y supervisor del programa, Gernot Grömer, reconoció -citado por la agencia francesa- que «la cohesión del grupo y su capacidad para trabajar juntos son cruciales para sobrevivir en Marte».
#AMADEE20 Day 01 ???? The isolation phase of the field crew starts today. Our analog astronauts in their Aouda space suit simulators are seen in front of the crew’s Mars habitat in Israel.
— Austr. Space Forum (@oewf) October 11, 2021
????: OeWF/@voggeneder @ILSpaceAgency @DMarsAnalog#potd #simulateMars #exploringTomorrow pic.twitter.com/UoNjwOxGCe
Además de los seis «astronautas», unos 200 científicos de más de veinticinco países están trabajando detrás de la misión, formando parte precisamente de ese «centro de apoyo» que también se está testeando.
«Esta es nuestra primera misión en la que nuestros astronautas analógicos vivirán y trabajarán de forma totalmente independiente en su hábitat durante tres semanas», dijo Grömer.
El experto austríaco indicó que «un pequeño equipo de apoyo en el sitio estará disponible para problemas técnicos y mantenimiento, pero no se le permitirá interactuar con los astronautas analógicos».
«Como siempre, toda la gestión y el control de la misión estará a cargo del Centro de Apoyo a la Misión en Innsbruck», en Austria, agregó.
Para sumarle realismo a la simulación del «campamento marciano», las comunicaciones entre el Centro de Apoyo en Innsbruck y la tripulación en Israel tiene un retraso de 10 minutos, similar al tiempo de propagación de señales entre la Tierra y Marte.
Entrevistado por la AFP, el israelí Tenzer, de 36 años, admitió que se trata de «un sueño hecho realidad». Es algo «en lo que hemos estado trabajando durante años», resumió.