Una investigación del Instituto Weizmann, de Israel, mostró que bacterias que residen dentro de las células tumorales pueden ayudar a la respuesta inmunitaria contra el cáncer
Según el estudio, cuyos resultados fueron publicados en la revista especializada Nature, el sistema inmunológico «ve» estas bacterias y se podría aprovechar esa reacción para provocar una reacción contra el tumor.
Se trata de un importante avance, ya que, si bien los tratamientos de inmunoterapia mejoraron dramáticamente las tasas de recuperación de enfermos de cáncer, en el caso del melanoma, por ejemplo, ese índice alcanza a solamente el 40 por ciento de los pacientes.
La investigación comenzó en el laboratorio de la profesora Yardena Samuels, del Departamento de Biología Celular Molecular del Weizmann, adonde se estudian «señales» moleculares -como fragmentos de proteínas o péptidos- que «marcan» las células cancerosas como extrañas y, por lo tanto, pueden servir como posibles activadores adicionales para la inmunoterapia.
En este nuevo estudio, Samuels y sus colegas ampliaron su búsqueda de «señales» de cáncer a las bacterias conocidas por colonizar tumores. Para ello, analizaron muestras de tejido de 17 tumores de melanoma metastásico derivados de nueve pacientes.
El equipo obtuvo perfiles genómicos bacterianos de estos tumores y luego aplicaron un sistema que identifica péptidos tumorales que pueden ser reconocidos por el sistema inmunológico.
Con ese análisis se encontraron cerca de 300 péptidos de 41 bacterias diferentes en la superficie de las células del melanoma, es decir, una gran cantidad de elementos que pueden activar la reacción inmune del cuerpo frente al cáncer.
Desde el Weizmann admitieron que no está claro por qué las células cancerosas realizan este acto aparentemente «suicida», el de presentar péptidos bacterianos al sistema inmunológico, que puede responder, precisamente, destruyendo esas células.
Pero, cualquiera que sea la razón, el hecho de que las células malignas muestren estos péptidos de tal manera revela un tipo de interacción completamente nuevo entre el sistema inmunológico y el tumor, destacaron los investigadores.
Esta revelación, añadieron, proporciona una posible explicación de cómo afecta el microbioma intestinal a la inmunoterapia. Además, algunas de las bacterias que identificó el equipo eran microbios intestinales conocidos.
Es probable que la presencia de los péptidos bacterianos en la superficie de las células tumorales desempeñe un papel en la respuesta inmune, y estudios futuros pueden establecer cuáles de ellos mejoran esa reacción, permitiendo a los médicos predecir el éxito de la inmunoterapia y diseñar un tratamiento personalizado.
«Muchos de estos péptidos era compartidos por diferentes metástasis del mismo paciente o por tumores de diferentes pacientes, lo que sugiere que tienen un potencial terapéutico y una potente capacidad para producir activación inmune», señaló Adi Nagler, estudiante de doctorado que participó de la investigación.
Por su lado, la profesora Samuels afirmó que estos hallazgos «sugieren que los péptidos bacterianos presentes en las células tumorales pueden servir como objetivos potenciales para la inmunoterapia». Este enfoque «se puede utilizar en el futuro en combinación con los fármacos de inmunoterapia existentes», completó la académica israelí.