Un estudio de investigadores de la Universidad de Tel Aviv, en colaboración con el Instituto Europeo de Oncología de Milán, descubrió nuevos datos sobre la vulnerabilidad de un conocido punto débil de las células cancerosas.
Los científicos examinaron exhaustivamente las características de las células con un número anormal de cromosomas, conocidas como aneuploides, y obtuvieron datos que podrían hacer avanzar nuevos tratamientos contra el cáncer, señalaron desde Israel.
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«Una parte importante de las células cancerosas son aneuploides, y este rasgo las distingue de las células sanas», recordaron los investigadores.
El trabajo conjunto, agregaron, se concentró en las vulnerabilidades de las aneuploides, «con el objetivo de promover nuevas estrategias para eliminar los tumores cancerosos».
En los estudios «descubrimos que la aneuploidía aumenta la sensibilidad de las células cancerosas a ciertos tipos de fármacos contra el cáncer», adelantaron sobre la investigación, cuyos resultados se publicaron en las prestigiosas revistas Cancer Discovery y Nature Communications.
Según explicó el profesor Uri Ben-David, de la Universidad de Tel Aviv y uno de los líderes de la investigación, en el núcleo de una célula humana sana hay veintitrés pares de cromosomas, la mitad del padre y la otra mitad de la madre, «es decir, un total de 46».
La importancia de los cromosomas
Ben-David destacó que «una de las características de las células cancerosas, que las distingue de las sanas, es un número anormal de cromosomas, resultado de una división celular inadecuada, el fenómeno conocido como aneuploidía».
«Creemos que si podemos identificar vulnerabilidades específicas de las células aneuploides, podemos promover nuevos tratamientos contra el cáncer que se dirijan a estas debilidades y no dañen las células sanas».
El equipo del profesor israelí ya había trabajado sobre estas células, pero los experimentos se llevaron a cabo con muestras de distintos tipos de cáncer. Por eso, ahora, realizaron el nuevo estudio con cultivos de células genéticamente idénticas, derivadas del mismo individuo.
A esos cultivos agregaron una sustancia que altera la separación de los cromosomas, provocando que algunos de ellos se vuelvan aneuploides.
Como las células eran genéticamente idénticas, la única diferencia entre ellas después del procedimiento era el nivel de aneuploidía, es decir, el número de cromosomas.
A través de una serie de sofisticados exámenes, que incluyeron la secuenciación de ADN y ARN, pudieron crear una base de datos extensa y única de las características de las células aneuploides.
Esa valiosa información, dijo Ben-David, «puede servir como base para futuros estudios», y para «desarrollar marcadores biológicos que predigan las respuestas de los pacientes con cáncer a medicamentos y tratamientos específicos».
¿Más sensibles a los fármacos?
La estudiante de doctorado Johanna Zerbib, quien también encabezó el estudio, señaló que también se pudo hallar «otra vulnerabilidad de las aneuploides», basada en la hipótesis de que son más sensibles a los fármacos existentes que inhiben la degradación de proteínas.
Para validar esta hipótesis, detalló Zerbib, «expusimos cultivos celulares a dichos fármacos y analizamos datos clínicos» de pacientes tratados con una droga que inhibe la degradación de proteínas en las células.
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«Los hallazgos respaldaron la hipótesis: la aneuploidía aumenta la sensibilidad de las células cancerosas a estos fármacos», enfatizó.
«Creemos que los resultados de nuestras investigaciones beneficiarán a muchos investigadores, oncólogos y pacientes en los próximos años», completó Ben-David, quien trabajó junto a su colega Stefano Santaguida y la estudiante de doctorado Marica Rosaria Ippolito de la Universidad de Milán.