Un equipo de investigación de la Universidad Hebrea de Jerusalén (UHJ), dirigido por el profesor Alexander Binshtok, desarrolló un método que administra medicamentos de quimioterapia directamente a las células malignas y evita aquellas saludables.
Se trata de un descubrimiento que podría permitir a los médicos reducir las dosis de quimioterapia para los pacientes, disminuyendo así los efectos secundarios no deseados asociados con esta técnica y mejorar el cumplimiento del tratamiento y el bienestar de los enfermos.
«La mayoría de los tratamientos contra el cáncer no son lo suficientemente específicos, lo que significa que atacan las células sanas junto con las malignas de las que están tratando de deshacerse», explicó Binshtok, jefe del Grupo de Investigación de la Plasticidad del Dolor en la Facultad de Medicina de la UHJ y el Centro Edmond & Lily Safra para Ciencias del Cerebro.
Esa falta de especifidad de los tratamientos «lleva a los muchos efectos secundarios graves asociados con la quimioterapia», por lo que «eliminar las células cancerosas y dejar las sanas de lado es un paso importante para reducir el sufrimiento de los pacientes», añadió el experto.
Los nuevos hallazgos, publicados en un número reciente de la revista especializada Frontiers in Pharmacology, se centra en la relación entre la proteína TRPV2 y las células cancerosas.
Cuando se activa, la proteína abre un «canal» dentro de las membranas celulares. Binshtok y su equipo estudiaron las células cancerosas del hígado y pudieron insertar con éxito una dosis baja de doxorrubicina, un agente quimioterapéutico, a través del «canal» y directamente en las células cancerosas.
En el futuro, dijo la UHJ, la precisión de este método puede permitir a los médicos recetar dosis más bajas de quimioterapia y aliviar a los pacientes de algunos de los efectos más severos de ese tipo de tratamiento.