Científicos del Instituto de Tecnología de Israel, el Technion, junto a investigadores de Japón y de Estados Unidos, descubrieron una estrategia que puede servir para evitar que las células cancerosas «engañen» a mecanismos naturales del cuerpo humano que las identifican y destruyen, lo que abre las puertas a una nueva estrategia contra la enfermedad.
La investigación acaba de ser publicada en la revista especializada Nature Chemistry por el profesor Ashraf Brik, de la Schulich Faculty of Chemistry del Technion, su colega Hiro Suga, de la Universidad de Tokio, el premio Nobel de Química 2004 Aaron Ciechanover, también del Technion, y el profesor David Fushman, de la University of Maryland.
Según el Technion, se trata de «un hito dramático en la aplicación del descubrimiento del sistema de la ubiquitina, precisamente el hallazgo que le valió el Nobel a Ciechanover y a los científicos Irwin Rose y Avram Hershko.
El trío de académicos descubrió cómo unas proteínas únicas, a las que llamaron «ubiquitinas» se ocupan de «etiquetar» proteínas defectuosas con una «marca de la muerte» que deriva en su degradación en «proteasas», a las que los científicos llaman también «el cesto de la basura de las células».
Un funcionamiento adecuado del sistema de la ubiquitina es esencial para un funcionamiento saludable del organismo, no solamente en el contexto de la degradación de las proteínas «usadas», sino también en el marco de otras funciones. Las interrupciones en el sistema pueden causar graves enfermedades, incluyendo varios tipos de cáncer, Parkinson y otros males neurodegenerativos.
El descubrimiento de la ubiquitina abrió el camino para un nuevo campo de investigación, y muchos equipos de científicos en el mundo trabajaron en base a ese sistema para tratar de aprovecharlo en la búsqueda de tratamientos médicos innovativos.
Hasta ahora se aprobaron cuatro drogas que se apoyan en ese descubrimiento para combatir el cáncer en general y, en especial, el mieloma múltiple. «Esas drogas ya salvaron muchas vidas», comentó el Technion en un comunicado, pero «los progresos en el estudio del sistema de la ubiquitina y el desarrollo de drogas basadas en su comprensión es muy lento de acuerdo a su potencial», dijo el profesor Brik, citado en el comunicado.
El Technion explicó que el primer paso en la actividad normal del sistema de la ubiquitina es la creación de cadenas de esas proteínas, las cuales luego «etiquetarán» aquellas que deben descomponerse.
Pero, «el problema es que cuando el cáncer se desarrolla en el cuerpo, sus células saber cómo manipular al sistema de ubiquitina» y aprovechar esa capacidad «para sobrevirir y proliferar», indicó la universidad israelí.
Frente a ello, la estrategia desarrollada por el grupo encabezado por el profesor Brik fue diseñada para neutralizar la capacidad de la enfermedad de llevar adelante esa «manipulación». La estrategia se basa en una combinación sin precedentes de las capacidades de Brik para producir cadenas de ubiquitina usando avanzados métodos químicos, y el sistema desarrollado por el profesor Suga para crear «bibliotecas» muy grandes de moléculas llamadas «péptidos cíclicos».
«Como parte de la colaboración -indicó el Technion-, los investigadores descubrieron cómo estos péptidos cíclicos se unen a las cadenas de ubiquitina y, por lo tanto, inhiben la descomposición de las proteínas que ayudan al cáncer a crecer y prosperar».
Los científicos creen que la estrategia que han desarrollado «allanará el camino para nuevos tipos de tratamientos anticancerosos basados en péptidos cíclicos», se informó.