Un equipo internacional liderado por científicos de universidades israelíes completó un novedoso mapa de la biodiversidad en nuestro planeta y llamó a combatir el cambio climático y otros fenómenos provocados por el hombre para evitar la extinción de muchas especies animales y vegetales para fines del siglo.
Investigadores de la Universidad de Tel Aviv y de la Ben-Gurion del Negev, junto a colegas de centros de estudios de alrededor del mundo, arrancaron planteándose una pregunta: ¿por qué hay más especies animales y vegetales en los trópicos?
Para responder el interrogante, llevaron a cabo el estudio más completo hasta la fecha sobre la riqueza de vertebrados terrestres, analizando patrones en el número de especies en todo el mundo y utilizando datos completos de decenas de miles de anfibios, aves, mamíferos y reptiles.
Los científicos confirmaron el predominio de las regiones tropicales, cercanas al ecuador, como centros de alta biodiversidad. Al investigar las razones detrás de estos patrones, descubrieron que la combinación de clima y topografía es clave para explicarlos.
Miles de anfibios, aves y mamíferos
Sin embargo, si bien mayores cantidades de lluvia contribuyen a una mayor riqueza para anfibios, aves y mamíferos, se encuentran más reptiles en regiones más cálidas, independientemente de las precipitaciones.
Los patrones son aún más complejos a medida que el número de especies aumenta con las precipitaciones en casi todo el mundo, pero en las regiones frías la temperatura tiene un efecto más dominante, señalaron.
El estudio, liderado por la estudiante de doctorado Tal Raz y el profesor Shai Meiri, de la Facultad de Zoología de la Universidad de Tel Aviv, y el profesor Uri Roll, del Departamento de Ecología del Desierto en la Ben-Gurion, abarcó 5983 especies de anfibios, 9630 de aves, 5004 de mamíferos y 8939 de reptiles.
«Hasta hace poco no teníamos suficientes datos sobre dónde se encuentran los vertebrados terrestres y, por tanto, sobre cuántas especies se encuentran realmente en diferentes zonas del mundo», destacó Raz.
Ahora, en cambio, «tenemos datos detallados sobre los reptiles, que hemos puesto a disposición del público, junto con datos disponibles para otros grupos de vertebrados terrestres, lo que nos permite estudiar con precisión los patrones globales y cómo se relacionan con el medio ambiente».
Una relación «fascinante»
Raz afirmó que la relación entre la temperatura, las precipitaciones y la topografía en la configuración de los ecosistemas «es fascinante». En regiones donde los factores ambientales son diversos, «tienden a tener una influencia más pronunciada en el número de especies», añadió.
En África, por ejemplo, «donde las temperaturas son bastante altas en todas partes», puntualizó el investigador, «la variación de las precipitaciones desempeña un papel crucial a la hora de determinar el número de especies».
Mientras tanto, en Eurasia, tanto la temperatura como las precipitaciones «son muy diversas, lo que las hace influyentes en la riqueza de especies». Pero con todo eso, «los anfibios nunca olvidan su conexión con la lluvia, y los reptiles mantienen su afinidad por el calor», dijo Raz.
Además, durante el estudio -cuyos resultados fueron publicados en el Journal of Zoology-, los investigadores descubrieron que los reptiles tienen un patrón de riqueza de especies ligeramente diferente, más influenciado por la temperatura y menos por las precipitaciones.
Meiri explicó que los reptiles «pueden funcionar con muy poca agua, porque su metabolismo es mucho más lento en comparación con las aves y los mamíferos y porque, a diferencia de los anfibios, tienen mecanismos altamente eficientes para evitar la pérdida» del líquido.
Preguntas «fundamentales» sobre el medio ambiente y la evolución
Pero los reptiles, recordó, «son muy sensibles a las temperaturas y no pueden funcionar fácilmente en regiones frías». Por lo tanto, «vemos un número relativamente alto en los desiertos de todo el mundo, donde los mamíferos, las aves y, especialmente, los anfibios, son escasos».
«En los últimos años -completó- hemos hecho enormes esfuerzos para mapear las distribuciones globales de alrededor de 12000 especies de reptiles», lo que «nos permite plantear preguntas fundamentales de gran escala sobre la ecología y la evolución de la vida en nuestro planeta».
Por eso, los científicos estuvieron en condiciones de realzar otras importantes conclusiones de la investigación, en particular en el frente de la extinción de especies.
«Vivimos en una era de crisis de la biodiversidad», resumió el profesor Roll.
Si las tendencias actuales se consolidan, «muchas de las plantas y animales que comparten la Tierra con nosotros no estarán aquí a finales del siglo XXI debido a la destrucción de sus hábitats, el cambio climático y otros efectos humanos», advirtió.
Roll enfatizó que «una mejor comprensión de dónde se encuentra la biodiversidad y por qué la encontramos allí es fundamental para nuestros esfuerzos por conservarla».
Trabajos como este, finalizó, «resaltan cómo la vida en la Tierra es un fenómeno verdaderamente milagroso y debería servir como un llamado a la acción para todos para protegerla».