Uno de los más grandes obstáculos para establecer una base permanente en la Luna o para viajar a Marte es la dificultad de transportar el oxígeno suficiente para mantener con vida a los astronautas por largos periodos
Pero una empresa israelí está desarrollando la tecnología para producir el vital elemento directamente desde la superficie de la Luna (o de Marte), sin necesidad de tener que despachar toneladas de oxígeno desde la Tierra.
El proyecto de Helios no es simplemente teoría: la startup israelí firmó recientemente un acuerdo con la empresa espacial privada japonesa ispace para participar de sus segunda y tercera misión a la Luna y probar su tecnología allí, en nuestro satélite natural.
Se tratará de un experimento que podrá convertirse en «un paso importante en el camino crítico de la humanidad» para desarrollar la capacidad de «vivir del suelo más allá de la Tierra», señaló Helios en un comunicado difundido a fines de agosto, cuando se firmó el acuerdo.
Si el experimento es exitoso, podrá cambiar para siempre las reglas de la exploración espacial
El oxígeno es, en efecto, un elemento clave para las misiones de largo plazo al espacio con tripulantes. No solamente se trata de asegurar que los humanos respiren en los asentamientos en la Luna sino también de permitir los procesos de combustión necesarios para propulsar cohetes.
Por eso, la asociación de israelíes y japoneses tiene mucho sentido porque uno de los objetivos principales de ispace es construir «aldeas» lunares con transportes y robots de última tecnología.
Esas «aldeas» deberán servir para facilitar el trabajo de las agencias espaciales que quieran explorar la Luna y explotar sus recursos en las próximas décadas. Y, para ello, por supuesto, hacen falta toneladas de oxígeno.
Los expertos de Helios están trabajando en un sistema conocido en inglés como «molten lunar regolith» y que consiste en la fundición de parte del suelo lunar conocido como regolito.
El oxígeno es vital para los astronautas y para el proceso de propulsión de los cohetes
A través de un proceso de electrólisis, este sistema puede extraer oxígeno de varios elementos escondidos en el regolito de la superficie lunar, explican los técnicos de la empresa israelí.
«Al igual que la electrólisis del agua, en la que se separa el hidrógeno del oxígeno, estamos tratando de hacer lo mismo con el suelo lunar fundido», remarcó Jonathan Geifman, el director ejecutivo del Proyecto Helios.
Si el experimento con el «molten lunar regolith» tiene éxito en la Luna, entonces se cambiarán definitivamente las reglas del juego en el terreno de la exploración espacial.
Es que, de esta manera, los diseñadores de los cohetes se sacarán de encima el problema conocido como «tyranny of the rocket equation», la «tiranía» de los números que mandan al momento de calcular un lanzamiento espacial.
La producción «local» de oxígeno podría romper por fin la «tiranía de las ecuaciones» de los lanzamientos espaciales
Hacer despegar un cohete desde la Tierra hasta la Luna requiere de grandes cantidades de combustible especial. Si se coloca en la nave una carga mayor de oxígeno -para permitir misiones más largas-, el cohete necesitará todavía más combustible.
Y si se carga más combustible, el cohete pesará todavía más y necesitará… más combustible, haciendo los costos y la viabilidad técnica imposibles.
La instalación de «aldeas» lunares con una robusta provisión de oxígeno acelerará todavía más la carrera en la que ya están compitiendo varias agencias espaciales, tanto gubernamentales como privadas.
SpaceX, de Elon Musk, Blue Origin, de Jeff Bezos, y Virgin Galactic, de Richard Branson, aparecen constantemente en las portadas de los diarios. Y son programas que, como sus dueños, buscan hacer negocios millonarios.
Posiblemente, pronto puedan instalarse en la Luna, y despegar desde allí hacia Marte, gracias al «oxígeno israelí».