Científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén descubrieron que una droga que está en el mercado desde 1975 puede prevenir daños en los pulmones de personas afectadas por el COVID-19 y reducir la severidad de los efectos del coronavirus
El estudio, dirigido por el profesor Yaakov Nahmias, director del Centro de Bioingeniería de la universidad israelí, aplicó el fármaco fenofibrato (conocido con la marca Tricor) para afrontar la acumulación de grasas en las células pulmonares humanas causada por el SARS-CoV-2, el tipo de coronavirus que causa el COVID-19.
La universidad dijo que los resultados iniciales de laboratorio y los nuevos datos de 1.500 pacientes de coronavirus en Israel fueron «extremadamente prometedores», y que están en programa pruebas clínicas a partir de esta semana en el hospital Barzilai en Ashkelon, y otros centros médicos en Estados Unidos, América del Sur y Europa.
Según el reporte, el profesor Nahmias demostró en julio de este año que el virus SARS-CoV-2 inhibía la descomposición efectiva de la grasa dentro de los pulmones. Luego, su investigación identificó la eficacia del fenofibrato para abordar esta deficiencia en pacientes con coronavirus.
Después de descubrir la eficacia del fármaco en el laboratorio, Nahmias, junto con el profesor Oren Shiboleth del hospital Ichilov en Tel Aviv y la doctora Sigal Shafram-Tikva en el Hadassah, en Jerusalén, recopilaron datos de 1.500 pacientes de coronavirus bajo un régimen de medicamentos para reducir la acumulación de grasa en las células pulmonares.
Los resultados «fueron muy claros», afirmaron voceros del equipo de investigación. Los pacientes que tomaban los medicamentos para acelerar la descomposición de las grasas «se estaban recuperando de las infecciones pulmonares causadas por corona en cuestión de días», señalaron.
«La evidencia incluso mostró que hubo una mortalidad cero entre estos pacientes», añadió la universidad en un comunicado.
El fenofibrato fue aprobado en 1975 por la Food and Drug Administration (FDA, la agencia federal estadounidense que regula alimentos y medicinas) para tratar los altos niveles de triglicéridos (grasas) en la sangre.
Ahora, esa misma droga podría «detener la progresión» del coronavirus, aseguran desde la Universidad Hebrea de Jerusalén.
«Demostramos que los pulmones humanos respondieron al virus SARS-CoV-2 cambiando por completo su metabolismo, lo que provocó una importante acumulación de grasas en las células pulmonares», explicó Nahmias.
«Nuestros hallazgos muestran que esta acumulación de grasa no saludable es un factor crítico en el deterioro del paciente con COVID-19», añadió el profesor israelí, según el cual «los pacientes que tomaron fibratos que actúan directamente para descomponer las grasas se recuperaron rápidamente de la enfermedad».
En cambio, precisó, «aquellos que tomaron medicamentos que acumulan grasas, como las tiazolidinedionas, mostraron mayor daño pulmonar y mortalidad».
El equipo de investigación estimó que la aplicación del uso de este fármaco, que «está ampliamente disponible, es económico y tiene un historial de seguridad comprobado, podría alterar los efectos del COVID-19 de una enfermedad devastadora a una forma mucho más manejable de un resfriado».