El tabaquismo, una adicción que afecta a más de mil millones de personas en todo el mundo, se considera una de las principales causas de enfermedades y representa más de seis millones de muertes cada año, recordaron desde el Instituto Weizmann, de Israel
A pesar de las mejores intenciones, muchos de los aficionados a los cigarrillos no deja el tabaco «porque están preocupados por el aumento de peso sustancial que a menudo acompaña al abandono del hábito de fumar», añadió el reporte.
Los expertos del Weizmann, adonde se llevó a cabo la pesquisa, apuntaron que la causa de este aumento de peso «no está clara, ya que los estudios sugieren que la mayoría de las personas no comen más después de dejar de fumar».

Pero ahora, en el informe sobre el estudio, publicado en la revista Nature, los investigadores indicaron que la obesidad que se desarrolla después de «dejar de fumar» en ratones puede ser impulsada por los compuestos moduladores del peso liberados por sus microbios intestinales.
«Evidentemente, los compuestos relacionados con el tabaquismo, como la nicotina, penetraron en el intestino»
«Nuestros hallazgos muestran cómo el huésped y el microbioma actúan como socios en la regulación del peso y el metabolismo», dijo el profesor Eran Elinav, del Departamento de Inmunología de Weizmann, quien encabezó el equipo de investigación.
«Los compuestos que hemos identificado pueden conducir a nuevos tratamientos que ayudarán a las personas a evitar el aumento de peso al dejar de fumar», afirmó el profesor israelí.
Además, continuó, «estos compuestos pueden desarrollarse en terapias para combatir la obesidad incluso entre los no fumadores«.

Como parte del experimento, los investigadores vieron que los ratones que estaban expuestos regularmente al humo del cigarrillo en el laboratorio no aumentaban de peso, a pesar de consumir una dieta rica en grasas y azúcar.
Cuando cesó la exposición al humo, los ratones aumentaron de peso rápidamente, como sucede a menudo con los humanos que abandonan el hábito. Pero al recibir antibióticos de amplio espectro que agotaron su microbioma, ganaron mucho menos peso después de «dejar de fumar».
«Evidentemente, los compuestos relacionados con el tabaquismo, como la nicotina, penetraron en el intestino de los ratones ‘fumadores’ desde el torrente sanguíneo, alterando así la composición bacteriana del intestino y, en consecuencia, el metabolismo del cuerpo», señaló el reporte.
El «profundo impacto que nuestros ‘inquilinos’ microbianos tienen en nuestro cuerpo nunca deja de sorprendernos»
Para contrastar sus descubrimientos, los investigadores evaluaron los microbiomas de 96 personas que fumaban y no fumaban.
Así fue que encontraron alteraciones marcadas en el microbioma de los adictos a los cigarrillos y cambios en sus metabolitos microbianos, que eran similares a los hallados en los ratones «fumadores».
«Más estudios deberán investigar si estos u otros metabolitos producidos por el microbioma influenciado por el tabaquismo contribuyen al aumento de peso después de dejar de fumar en los seres humanos», subrayó el informe del Weizmann, que tiene su sede en Rehovot, unos 20 kilómetros al sur de Tel Aviv.
Elinav, por su parte, comentó que el «profundo impacto que nuestros ‘inquilinos’ microbianos tienen en nuestro cuerpo nunca deja de sorprendernos».
Los descubrimientos en este estudio, «arrojan nueva luz sobre cómo el microbioma interactúa con el cuerpo humano en la regulación de nuestro peso y metabolismo, de formas que pueden aprovecharse terapéuticamente», completó Elinav.