Por primera vez en el mundo, un equipo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv y el Instituto de Investigación Biológica de Israel desarrollaron una vacuna ARNm que es cien por ciento efectiva contra un tipo de las bacterias letales para los humanos.
El estudio, realizado en un modelo animal, demostró que todos los sujetos tratados estaban completamente protegidos contra la bacteria.
Según los investigadores, esta nueva tecnología puede permitir el rápido desarrollo de vacunas eficaces para enfermedades bacterianas, incluidas aquellas causadas por tipos resistentes a los antibióticos en caso, por ejemplo, de una nueva pandemia de rápida propagación.
«Hasta ahora, se suponía que las vacunas de ARNm, como las vacunas COVID-19 que todos conocemos, eran efectivas contra virus pero no contra bacterias», señaló el doctor Edo Kon, uno de los líderes de la investigación.
La gran ventaja de estas vacunas, además de su eficacia, continuó Kon, es que se pueden «desarrollar muy rápidamente».
Las bacterias «son una historia completamente diferente»
«Una vez publicada la secuencia genética del virus SARS-CoV2 (COVID-19), solo se tardó 63 días en comenzar el primer ensayo clínico» de las vacunas contra el coronavirus recordó.
Sin embargo, hasta ahora los científicos creían que una vacuna de ARNm contra las bacterias «era biológicamente imposible -apuntó-. En nuestro estudio demostramos que, de hecho, es posible desarrollar vacunas de ARNm cien por ciento efectivas para bacterias mortales».
Las vacunas de ARN o de ARN mensajero utilizan ácido ribonucleico para lograr el desarrollo de una respuesta inmune, y se diferencian de las tradicionales porque no se aplican agentes vivos atenuados, por lo que no existe el peligro de provocar la enfermedad que se combate.
Los virus, precisó Kon, «producen sus proteínas dentro de nuestras células», pero las bacterias «son una historia completamente diferente». Esos organismos, prosiguió, «no necesitan nuestras células para producir sus propias proteínas».
Kon destacó que científicos en todo el mundo trataron de sintetizar proteínas bacterianas en células humanas, «pero la exposición a estas proteínas resultó en anticuerpos bajos y una falta general de efecto inmunológico protector en nuestros cuerpos».
Las bacterias resistentes a los antibióticos «ya representan una amenaza real para la salud humana»
Para abordar ese problema, «desarrollamos métodos para secretar las proteínas bacterianas sin pasar por las vías de secreción clásicas, que son problemáticas para esta aplicación».
El resultado, dijo, «fue una respuesta inmunitaria significativa, en la que el sistema inmunitario identificó las proteínas de la vacuna como proteínas bacterianas inmunogénicas».
Para mejorar la estabilidad de la proteína bacteriana y asegurarse de que no se desintegre demasiado rápido dentro del cuerpo, el equipo la reforzó con una sección de proteína humana.
«Al combinar las dos estrategias innovadoras, obtuvimos una respuesta inmunitaria completa», enfatizó en relación a los resultados del estudio, que se pueden consultar en la revista Science Advances.
«Hay muchas bacterias patógenas para las que no tenemos vacunas», reconoció por su parte el profesor Dan Peer.
«Además, debido al uso excesivo de antibióticos en las últimas décadas, muchas bacterias han desarrollado resistencia», lo que «reduce la eficacia de esos importantes medicamentos».
Las bacterias resistentes a los antibióticos, advirtió, «ya representan una amenaza real para la salud humana en todo el mundo», por lo que el desarrollo «de un nuevo tipo de vacuna puede dar una respuesta».