Investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en Israel, están desarrollando un innovador producto capaz de crear una barrera infranqueable entre nuestra piel y los mosquitos, el omnipresente insecto que causa enfermedades mortales como el dengue y la malaria.
«La energía que gastamos los humanos luchando unos contra otros es incomparable a los esfuerzos que deberíamos hacer para combatir las enfermedades transmitidas por mosquitos», enfatizó el investigador Daniel Voignac.
También le puede interesar: Asombroso: en Israel quieren usar la papaya contra una grave enfermedad infantil
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (o CDC, por Centers for Disease Control and Prevention), la agencia federal de salud pública de Estados Unidos, el mosquito es el animal más mortal del mundo.
A pesar de su insignificante tamaño y de no contar con la imagen temible de los grandes felinos o los tiburones, estos insectos propagan enfermedades como la malaria, el dengue, el virus del Nilo Occidental, la fiebre amarilla, el zika, el chikungunya y la filariasis linfática.
El mosquito, del que se conocen más de 3700 variedades y viene colonizando cada vez más regiones cálidas producidas por el calentamiento global, «mata a más personas que cualquier otra criatura en el mundo», sintetizan desde los CDC.
Hasta ahora, la lucha contra el mosquito se concentra en la prevención del crecimiento de sus poblaciones y en la aplicación de repelentes, en particular los basados en la dietiltoluamida o DEET, un producto que contiene químicos que pueden terminar siendo muy contaminantes.
Voignac, quien cursa un doctorado en la Universidad Hebrea, está desarrollando junto a su equipo una forma novedosa de mantener a los insectos alejados de nuestra piel.
«Firme y transparente»
Se trata de un gel a base de celulosa que se seca sobre la piel formando lo que el investigador describe como «una película muy fuerte y transparente» que impide que los mosquitos detecten los olores humanos que los atraen.
«Los mosquitos pasarían volando y no detectarían nada», dijo Voignac durante una entrevista con el portal israelí NoCamels.
Voignac contó que la idea surgió durante la pandemia de coronavirus, cuando uno de sus dos profesores supervisores en la universidad, Yossi Paltiel, «se quejó de que no podía pasar demasiado tiempo en su jardín debido a su susceptibilidad a las picaduras de mosquitos».
Para seguir leyendo: Científicos israelíes crearon un fascinante "mapa" del intestino delgado humano
El investigador, Paltiel y su otro supervisor, el profesor Oded Shoseyov, se inspiraron en un estudio sobre el uso del grafeno, «un material recién descubierto, fuerte, transparente y conductor hecho de una fina capa de átomos de carbono, como posible repelente», señaló NoCamels.
Los miembros del equipo, del que también participan otros estudiantes, describen al grafeno como un «camuflaje químico». Apuntan que es «un buen concepto teórico», pero admiten que «no es un concepto escalable, porque el grafeno tiene una toxicidad desconocida».
Después de dejar de lado el inquietante grafeno, decidieron apostar a un elemento muchísimo más conocido, la celulosa, un compuesto natural de azúcar formado por carbono, hidrógeno y oxígeno que se encuentra en las plantas, incluidas las frutas, las verduras y la madera.
Resultados muy alentadores
Una vez preparado el repelente de celulosa, el equipo pasó a la fase de pruebas con voluntarios con el gel en sus manos y que metieron sus manos en contenedores de laboratorio llenos de mosquitos.
Los tests señalaron una reducción del 80 por ciento en las picaduras.
Además, los resultados mostraron que el uso del gel de celulosa llevó a una reducción del 99,4 por ciento en la cantidad de huevos producidos por los mosquitos hembra utilizados en la prueba, ya que necesitan sangre humana para crearlos.