Las autoridades de Israel tienen un plan para recubrir de paneles solares y producir energía verde en tierras «perdidas» en la frontera con la Franja de Gaza, una zona a menudo sometida a ataques con misiles y globos incendiarios.
Según reportó el diario Globes, funcionarios de la Comisión Nacional de Infraestructuras recorrieron la zona para empezar a delinear el proyecto, que se llevaría a cabo en un área de entre 14 a 17 kilómetros cuadrados habitualmente reservado para cultivos marginales como trigo y papas.
El portal de noticias económicas dijo que el costo del proyecto -que se extenderá hasta una distancia de 500 metros del vallado en la conflictiva frontera- será de unos 4.000 millones de shekels, algo más de mil millones de dólares.
La inversión se justifica porque, siempre según este reporte, el potencial de producción de electricidad se estima en unos dos gigavatios (unos 2.000 megavatios), «lo que constituye alrededor del 15 por cinto de la capacidad de producción de electricidad de Israel», dijo el diario.
Un proyecto «emblemático»
«Se trata de un programa emblemático nacional que se espera que se implemente en un futuro próximo a lo largo de la frontera de Gaza y, más adelante, se copiará» en otros bordes, añadió el informe.
Con una superficie total de apenas 22.145 kilómetros cuadrados, la razón por la que es «tan apropiado» para Israel «implementar el proyecto en la ubicación actual», apuntó Globes, es, en primer lugar, «los escasos recursos de tierra, que dificultan el despliegue de paneles solares en todo el país».
Además, escribió el autor del artículo, Dean Shmuel Elmas, el proyecto cuenta con el apoyo de las Fuerzas de Defensa de Israel, «que lo ven como un potencial para crear la paz sobre la base de una futura cooperación económica» con Gaza.
Entrevistado por el diario israelí, el jefe del Consejo Regional Eshkol, Gadi Yarkoni, afirmó que este es «un proyecto que cambiará la realidad y que impulsará a Israel en la carrera contrarreloj para producir electricidad a partir de energías renovables».
El aprovechamiento de las tierras «perdidas» también «será un importante motor de crecimiento económico para la región y contribuirá a la seguridad regional», completó.