Investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén descubrieron que una comunidad de cazadores y pescadores prosperó hace 23.000 años a orillas del Mar de Galilea
Se trata de un descubrimiento significativo porque estos sobrevivientes de la última Edad de Hielo contaban con abundante alimento mientras la mayoría de sus contemporáneos, en otras partes del mundo, estaban casi muertos de hambre a causa de las temperaturas extremadamente frías de la Tierra.
El estudio, dirigido por la estudiante de doctorado Tikvah Steiner bajo la supervisión de la profesora Rivka Rabinovich, de la Universidad Hebrea, y el profesor Dani Nadel, de la Universidad de Haifa, se llevó a cabo en el sitio arqueológico conocido como Ohalo II.
Allí, los expertos excavaron y examinaron la dieta y el uso extensivo de partes de animales para determinar el bienestar y el estilo de vida de estos antiguos habitantes de la tierra de Israel.
Desde la universidad recordaron que, durante el Último Máximo Glacial, las capas de hielo cubrieron gran parte de América del Norte, el norte de Europa y Asia, lo que afectó profundamente el clima de la Tierra al causar sequía, desertificación y una gran caída en los niveles del mar.
«Irónicamente -señalaron-, Ohalo II fue descubierto en 1989, luego de que una sequía redujera el nivel del agua del Mar de Galilea en varios metros».
Estos habitantes de la Era de Hielo aprovecharon un «nicho ecológico» en el Mar de Galilea
Las excavaciones se llevaron a cabo entre 1989 y 1991 y nuevamente entre 1998 y 2001. El sitio cubre 2000 metros y está ubicado cerca del extremo sur del lago, también conocido como Kineret, unos 9 kilómetros al sur de Tiberíades.
En el lugar, apuntaron los investigadores, se encuentran los restos de seis chozas de arbustos de forma ovalada, fogones al aire libre, la tumba de un hombre adulto, «así como varias instalaciones y montones de basura».
«Abundantes materiales orgánicos e inorgánicos proporcionan una gran cantidad de información sobre el estilo de vida de los pescadores-cazadores-recolectores durante ese período», añadieron.
Al parecer, las oscilaciones climáticas durante el Último Máximo Glacial tuvieron efectos mínimos en el Alto Valle del Jordán, específicamente cerca de Ohalo II, lo que permitió a esa comunidad utilizar un nicho ecológico de una variedad de plantas comestibles, mamíferos, reptiles, aves y peces.
Además de animales grandes, «estos habitantes también cazaban una amplia gama de presas y tenían las herramientas y el tiempo suficiente para explotar por completo» los cuerpos, «hasta la médula”, compartió Steiner.
También aprovecharon las tortugas del lugar, que «fueron seleccionadas por un tamaño corporal específico», lo que puede sugerir que eran codiciados por sus caparazones para usar como cuencos, y no por su carne.
«Liebres y zorros posiblemente fueron cazados por sus pieles», completó la experta de la universidad de la capital israelí.