Un equipo de la Universidad Hebrea de Jerusalén descubrió un grupo de nuevas moléculas que podrían ser utilizadas para combatir la enfermedad del hígado graso y la obesidad
El jefe del equipo, el profesor Amiram Goldblum, se declaró «cautamente optimista» sobre los alcances de este descubrimiento.
Según los detalles de la investigación, difundidos recientemente en la revista especializada Scientific Reports, las veintisiete moléculas están en condiciones de activar una proteína especial llamada PPAR-delta.
Las moléculas descubiertas, informó la Universidad, ya están siendo sometidas a pruebas farmacéuticas para tratar la enfermedad del hígado graso (conocida en el mundo médico como NASH, la sigla en inglés para Non-Alcoholic SteatoHeptatis), la principal causa de cáncer de ese órgano en el mundo occidental.
También pueden servir para tratar la obesidad, ya que la activación de la proteína PPAR-delta tiene la capacidad de incrementar la resistencia física y recortar los excedentes en la cintura de las personas al provocar que los músculos quemen más grasa.
El descubrimiento, informó la universidad, fue posible gracias a un nuevo algoritmo que desarrolló el equipo liderado por Goldblum y que fue capaz de repasar una base de datos de 1,56 millones de moléculas y elegir las veintisiete con mayores potenciales terapéuticos.
«Con un grupo tan grande de moléculas altamente activas, existe una fuerte posibilidad de encontrar tratamientos para varias enfermedades comunes«, dijo Goldblum. «De todas maneras -advirtió-, debemos esperar a que se lleven a cabo los experimentos correspondientes antes de hacernos demasiadas ilusiones».
La universidad informó que su compañía de biotecnología, Integra Holdings, determinó que al menos veintiuna de las veintisiete moléculas tienen «potencial para alcanzar éxito farmacéutico, en especial como posible cura para la enfermedad del hígado graso».