Un equipo de estudiantes del Technion, la principal universidad tecnológica de Israel, se alzó con un prestigioso premio internacional después de hallar una manera natural de evitar el deterioro de los jugos de frutas, lo que podría ahorrarle millones de dólares a las productoras globales del sector
Para el certamen -organizado por EIT Food, el organismo para la innovación en alimentación de la Unión Europea-, los estudiantes afrontaron un desafío propuesto nada menos que por el coloso multinacional PepsiCo: resolver el problema del deterioro de los jugos de frutas.
No es un tema menor, ya que se estima que los daños producidos por la bacteria Alicyclobacillus acidoterrestris (ACB) a las plantas frutales resultan en decenas de millones de dólares en pérdidas para las compañías que se dedican a la fabricación de este tipo de bebidas de origen natural.
Esta bacteria, que se encuentra en el suelo en el que crecen las plantas frutales, así como en todas las partes del propio árbol, no es dañina para los humanos pero libera una sustancia natural llamada guayacol en el jugo, estropeando su sabor y olor, explicaron desde el Technion.
Los expertos señalaron que esto ocurre en una amplia variedad de jugos, que incluyen naranja, mango, pera, uva, tomate y otros, y conduce a la pérdida de grandes cantidades del líquido, así como a pérdidas financieras masivas.
En el curso de la evolución, la bacteria desarrolló una alta resistencia a las condiciones ambientales hostiles, lo que le permite sobrevivir también a los procesos involucrados en la producción de jugo: limpieza, extracción y pasteurización.
«Dado que el problema tiene su origen en la naturaleza -una bacteria que vive en el suelo-, buscamos una solución natural», revelaron los estudiantes de doctorado Alon Romano e Itzik Engelberg, miembros del equipo de alumnos del Technion.
Como «la naturaleza es un ‘laboratorio’ que viene perfeccionando sus soluciones desde hace miles de millones de años», evaluaron Romano y Engelberg, una posible respuesta al problema presentado por PepsiCo podría provenir también de esa misma «lógica natural».
Después de mucha búsqueda y numerosos análisis, la elección fue un bacteriófago, un virus que infecta a las bacterias de forma natural y muy específica.
Los bacteriófagos son abundantes en la naturaleza y, tras una intensa investigación, el grupo logró aislar e identificar uno que destruye las bacterias dañinas como la ACB.
Según la universidad israelí, se necesita solamente una pequeña dosis para eliminar de manera eficiente las bacterias y, debido a que lo hace de manera selectiva, su uso es seguro y no tiene efectos nocivos para la salud humana, afirmaron.
El hallazgo le valió al equipo de estudiantes de las facultades de Biotecnología e Ingeniería de Alimentos y de Biología del Technion el primer premio en el concurso, organizado como parte del proyecto MicroBiome-Push en el marco del programa Food Solutions del EIT Food.
Desde el Technion consideran que la propuesta presentada por sus estudiantes tiene grandes chances de una pronta aplicación industrial, en particular porque se trata de una solución natural y económica que no implica ingeniería genética y reduce la necesidad de conservantes.
Más aun, la adición del virus bacteriófago al jugo no lo afecta en términos de las leyes dietéticas religiosas de los judíos (kashrut) o de los musulmanes (halal).
«Proyectos internacionales como este son la esencia misma de nuestra enseñanza y ayuda a las generaciones futuras a pensar de manera novedosa, a ser emprendedores y a ampliar los conocimientos que podemos brindar en el aula», afirmó la profesora Marcelle Machluf, decana de la Facultad de Biotecnología e Ingeniería de Alimentos.