No solamente audaces viajeros humanos se suben sin boleto ni pedir permiso a los barcos que recorren el mundo: hay infinitos «polizones» animales marinos que todo el tiempo se trasladan de un extremo al otro del planeta y sobreviven a sorprendentes condiciones climáticas
Así lo reveló un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Tel Aviv, quienes analizaron la capacidad de estos animales para sobrevivir el duro viaje en base a factores como el tipo de buque, la ruta por la que navega, los cambios de la temperatura y la salinidad del agua del mar.
El fenómeno de los animales marinos que invaden regiones lejanas pone en riesgo los ambientes locales y sus especies residentes, advirtieron los científicos israelíes.
Con el estudio, indicaron, «demostramos que una regulación apropiada puede reducir este fenómeno y evitar que potenciales invasores lleguen a nuevos hábitats» en otros rincones del globo.
La profesora Noa Shenkar, de la Escuela de Zoología de la Universidad de Tel Aviv y una de las encargadas de la investigación junto al estudiante Doron Bereza, señaló que, a toda hora, todos los días del año, «miles de criaturas marinas viajan de una locación a otra mediante buques marinos».
Lo hacen de dos modos diferentes, precisó: en el líquido de lastre (el agua de mar que toma el buque para estabilizarse) o aferrándose al casco de la nave.
«El problema de las especies invasoras trasladadas por el lastre es abordado por la legislación, pero los que hacen ‘auto-stop’ aferrándose a los barcos no están contemplados, y así numerosas especies son transferidas de un lugar a otro a lo largo de las rutas comerciales internacionales», dijo Shenkar.
En particular, el reporte -publicado en la revista especializada Science of the Total Environment– apuntó contra las ascidias, unos invertebrados marinos que se adhieren a superficies duras como rocas, rompeolas y cascos de barcos.
Según recordó el informe, existen cientos de especies de ascidias, y el aumento en el comercio mundial permite que algunas «oportunistas» entre ellas se dispersen a grandes distancias.
A veces se establecen como invasoras y dañan tanto las infraestructuras marinas como a las especies locales en sus nuevos hábitats.
Para entender esta dinámica, un experimento llevado a cabo Shenkar y Bereza examinó la capacidad de supervivencia de dos especies de ascidias, conocidas como muy dañinas, en un viaje que siguió una típica ruta comercial desde el sudeste asiático hasta el norte de Europa.
«Nos centramos en dos especies de ascidias que son comunes en el Mediterráneo, incluido Israel, y son conocidas por ser transferidas por barcos», dijo Bereza.
Así fue los investigadores crearon una exhaustiva base de datos con información sobre unos 200 buques comerciales y la utilizaron para diseñar una ruta representando las rutas de dos diferentes tipos de portacontenedores.
Por un lado estaban representados los buques gigantes, de más de 395 metros de eslora, y por el otro los contenedores «“regulares» a los que pueden servir las infraestructuras de más puertos.
Además, recabaron información acerca de los cambios en la temperatura y la salinidad del agua de mar, así como las concentraciones de clorofila, como una forma de tener en cuenta la disponibilidad de alimentos en el viaje y en los diferentes puertos del camino.
En la segunda fase del estudio, los expertos de la Universidad de Tel Aviv expusieron ambas especies de ascidias a similares condiciones de «viaje» en el laboratorio.
«Descubrimos que la capacidad de supervivencia se veía significativamente afectada por diversos factores: las condiciones ambientales, el tipo de buque, y los rasgos del propio animal», explicó el investigador israelí.
Bajo condiciones extremas, que se dan en algunos puertos del este, como la combinación de altas temperaturas y baja salinidad, una de las especies murió por completo, mientras que en la otra especie no se observó mortalidad.
«En la vida real -remarcó Bereza-, incluso cuando las rutas son generalmente similares, estos puertos no son visitados por barcos mayores a cierto tamaño, por la falta de infraestructura apropiada».
Gracias a estos hallazgos, el estudio concluyó que el atraque en puertos con diferentes condiciones extremas puede disminuir las posibilidades de supervivencia de especies específicas de estos «polizones» marinos que se aferran a los barcos.
«Otros experimentos de este tipo, dirigidos específicamente a grupos de animales marinos que suponen una amenaza, pueden conducir a medidas regulatorias eficaces a fin de evitar el transporte de especies» dañinas, completó Bereza.
«Nos sorprendió descubrir que una especie de ascidias tropicales sobrevivió todo el viaje hasta Rotterdam«, subrayó por su lado la profesora Shenkar.
Eso no significa que las criaturas «disfrutaron del viaje», cerró la académica, «pero el hecho es que han sobrevivido, y solamente algunos individuos son suficientes para lanzar una población invasora en el nuevo territorio».