Un simpático video del Instituto Weizmann, de Israel, producido originalmente para niños pero también «apto para mayores», explica de manera sencilla cómo funciona la oxitocina, la llamada «hormona del amor»
El video, en idioma inglés, comienza con la presentadora recordando que, «cuando nos sentimos amados», los seres humanos percibimos un efecto de «pertenencia y conexión» que «nos hace sentir felices y menos estresados».
Esa sensación, continua, «proviene en parte de la ‘hormona del amor’ llamada oxitocina», que se produce en nuestros cerebros cuando «miramos a una persona a la que queremos, cuando nos abrazamos» y hasta cuando acariciamos a una mascota.
La oxitocina, señala el reporte en video de la universidad israelí, también se produce en el cerebro «incluso cuando escuchamos música agradable con nuestros amigos».
«Esta hormona nos hace sentir cerca y seguros» con ciertas personas, «confiar en ellos» y listos para, eventualmente, «recibir ayuda», precisa el video.
Según el informe audiovisual, «en el corazón de este amor se encuentra nuestro primer amor, el que sentimos de y hacia nuestra madre». De hecho, la oxitocina «se encuentra en altos niveles en la sangre materna después del parto y en la leche con la que alimenta al bebé», indicó.
La oxitocina se genera incluso cuando escuchamos música con amigos
El reporte cita el trabajo de la profesora Tali Kimchi, del Departamento de Neurobiología del Weizmann, quien descubrió «un grupo de células en el cerebro que promueve el cuidado materno en ratones» de laboratorio.
Kimchi también encontró que el volumen de esas mismas células «se duplica en la madre después de que da a luz» y que ellas «disparan la secreción de oxitocina en la sangre».
También se presentan las investigaciones del profesor Gil Levkowitz, del Departamento de Biología Molecular de la universidad. El académico estudió los efectos de la «hormona del amor» en los peces cebra y descubrió «necesitan» la oxitocina para «socializar y nadar juntos».
Levkowitz halló además que la hormona «empieza a funcionar incluso antes del parto y que es necesaria para que el cerebro de estos peces se desarrolle de manera adecuada».
Eso sí, «los científicos todavía no saben por qué nos enamoramos de una persona en particular», concluyó el video, dejando abierto algo de misterio romántico en este terreno.
Por otro lado, un informe del propio Weizmann, difundido a mediados del año pasado, mostró que la oxitocina también puede provocar agresión y otras conductas negativas, dependiendo del medio ambiente.