Investigadores de la Universidad Bar-Ilan, de Ramat Gan, en la periferia de Tel Aviv, descubrieron nuevas y convincentes pruebas que vinculan el microbioma intestinal con el espectro del autismo.
El estudio, del que participaron investigadores de la Facultad de Medicina Azrieli de la universidad y del Biobanco y Registro de Autismo de Israel, arrojó luz sobre la desregulación del eje intestino-cerebro en personas con autismo y explora el potencial de microbioma basado en intervenciones terapéuticas.
En términos simples, el estudio -cuyos resultados fueron publicados en Nature Neuroscience- identificó diferencias consistentes en el microbioma intestinal de personas con autismo de distinto tipo en todo el mundo.
Eso sugiere que los cambios en el microbioma son una característica común asociada con el autismo, señalaron los investigadores.
Correlación con el sistema inmunitario
Además, el estudio descubrió correlaciones entre los cambios en el microbioma y los factores inmunitarios, incluido el marcador IL-6 (una molécula antiinflamatoria secretada por el sistema inmunitario), en personas con autismo.
Se trata de «un avance significativo que revela la profunda influencia del eje intestino-cerebro en la biología del autismo», explicó el profesor Evan Elliott, de la Bar-Ilan, uno de los investigadores líderes del estudio.
Voceros de la universidad israelí afirmaron que las implicaciones de estos hallazgos «son de largo alcance», y que el estudio «respalda aún más la idea de que enfocarse en el eje intestino-cerebro podría servir como un enfoque terapéutico para un subgrupo específico de personas con autismo«.
Mediante la identificación de marcadores específicos de desregulación intestino-cerebro, apuntaron, los médicos pueden estar mejor equipados para determinar qué personas tienen más probabilidades de beneficiarse de los tratamientos relacionados con el microbioma.
Ese enfoque personalizado, indicaron desde Ramat Gan, tiene «el potencial de mejorar significativamente los resultados y la calidad de vida de las personas en el espectro del autismo».