Un equipo de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) descubrió restos de fortificaciones en la zona oriental de la vieja ciudad de Jerusalén, construidas -señalaron los expertos- durante la Edad del Hierro, el período del Primer Templo
Los trabajos de los arqueólogos expusieron una sección faltante de las murallas de Jerusalén que fue destruida por los babilonios en Tishá Be Av (el noveno día del mes hebreo Av), hace 2600 años.
«Ahora podemos decir con certeza que la muralla de la ciudad existió, al menos en la ladera este», destacó Filip Vukosavovic, uno de los directores de las labores en el lugar.
Si bien las excavaciones descubrieron restos de la histórica devastación del Templo, «no todo fue destruido y partes de las paredes se encontraron aún en pie», indicaron este miércoles voceros de la AAI.
La nueva zona expuesta por los arqueólogos, ubicada en el parque nacional Ciudad de David, en la capital de Israel, «conecta dos secciones previamente excavadas en la ladera este» de la parte vieja, añadieron.
«No todo fue destruido y partes de las paredes se encontraron aún en pie», afirmaron desde la Autoridad de Antigüedades de Israel
También se encontraron trazos de la destrucción en el edificio junto a la muralla y dentro de filas de almacenamiento en un depósito contiguo.
Además, se descubrieron jarras «que se rompieron cuando el edificio se quemó y colapsó», precisaron los expertos.
En su reporte, la AAI informó que las asas de las jarras estaban estampadas con impresiones de sellos en forma de roseta, que datan de los últimos días del Reino de Judá.
Cerca de la muralla se descubrió también un sello de piedra babilónico que representa una figura de pie frente a los dioses Marduk y Nabu, y una bulla (un sello de arcilla) que lleva el nombre «Tsafan».
La AAI recordó que, durante la época de los reyes de Judá, las fortificaciones de Jerusalén protegieron a la ciudad de varios ataques, hasta la llegada de las fuerzas babilónicas que lograron abrirse paso y conquistarla.