El nano-satélite DIDO III, parte de un proyecto conjunto entre científicos de Israel y de Italia, fue lanzado al espacio a bordo del cohete europeo Vega y comenzará a transmitir en breve los primeros resultados de sus experimentos médicos en condiciones de microgravedad
DIDO III fue lanzado el jueves último desde la base espacial de Kourou, en la Guyana francesa, después de varias postergaciones a causa de la pandemia de coronavirus.
A bordo del cohete se encontraban 53 mini y nano satélites, pertenecientes a veintiuna empresas e instituciones de trece países distintos.
Según se informó, el pequeño satélite italiano-israelí, del tamaño de un cartón de leche, llevará a cabo cuatro experimentos químicos y biológicos cuyos resultados, se espera, podrán ser utilizados en aplicaciones médicas.
Científicos que forman parte del proyecto explicaron que los experimentos realizados en condiciones de microgravedad -es decir, la gravedad no a nivel cero sino a niveles muy bajos cercanos a cero- producen resultados crucialmente diferentes a los test que se llevan a cabo en la Tierra.
Del desarrollo de las pruebas tomaron parte expertos del Technion, el Hospital Sheba y la Universidad Hebrea de Jerusalén, por el lado israelí. El aporte italiano llegó del lado de la Universidad de Roma y la Tor Vergata, también en la capital, y la Universidad de Bologna.
El nano satélite y el laboratorio fueron desarrollados por la empresa israelí SpacePharma, especializada en experimentos médicos en el espacio. Esta es la quinta experiencia espacial de la empresa israelí, que en febrero del 2019 lanzó el DIDO II.
Voceros del proyecto señalaron que, entre las pruebas que realizará el laboratorio del DIDO III se destacan los experimentos sobre la eficacia de los materiales antibacterianos y para estudiar cómo las bacterias desarrollan resistencia a los antibióticos en condiciones de microgravedad.
Expertos de la firma israelí explican que, por ejemplo, la investigación en microgravedad «tiene el potencial de avanzar en las terapias con células madre mediante la identificación de nuevos modelos de proliferación y diferenciación».
«Bajo condiciones de microgravedad, varios tipos de células madre han mostrado respuestas distintas» a los que se desarrollan en la Tierra, abriendo nuevas posibilidades para los estudios médicos, agregaron.