Nuestra «adicción al carbono» está transformando a miles de especies con las que compartimos el planeta de «espectadores inocentes» a víctimas: un estudio israelí alertó sobre las consecuencias que sufrirán los animales a causa de las futuras terribles olas de calor creadas por el cambio climático.
Esas olas de calor (o episodios térmicos extremos) tienen «efectos nefastos» sobre el mundo animal, advirtieron los investigadores de las universidades de Tel Aviv y Ben-Gurion del Negev que llevaron a cabo el estudio.
La mayoría de los animales se adaptaron a la vida en un rango de temperaturas específico, y la exposición prolongada al calor extremo ya ha causado muertes masivas en numerosas especies animales, recordaron.
Pero, hasta ahora -aseguraron los investigadores- nadie había examinado cómo afectarán a los animales los futuros fenómenos térmicos extremos.
«Numerosas especies pueden llegar a extinguirse debido a diversas acciones humanas»
En el estudio -cuyos resultados fueron publicados en la revista Nature-, los investigadores encabezados por el doctor Gopal Murali abordaron este problema utilizando información de la mayoría de las especies de vertebrados terrestres (33.548 anfibios, aves, mamíferos y reptiles).
Con esos datos, relativos a la reciente exposición a temperaturas máximas, los investigadores buscaron predecir los efectos de futuras temperaturas extremas para fines del siglo XXI.
Analizando los rangos actuales de distribución de las especies y proyecciones de climas futuros conforme a distintos escenarios de emisiones, llegaron a una conclusión impactante pero, de alguna manera, previsible.
Descubrieron que el número de especies expuestas a futuras olas de calor es mucho más elevado en escenarios de altas emisiones, en comparación con una situación en la que haya caído nuestra dependencia de los combustibles fósiles.
«Para el año 2099, en un escenario de emisiones de gases de efecto invernadero, estimamos que dos de cada cinco especies de todos los vertebrados terrestres experimentarán fenómenos térmicos extremos», dijo el doctor Murali.
Esos animales del futuro estarán expuestos a olas de calor de temperaturas superiores a sus niveles históricos «en al menos la mitad de su área de distribución», precisó.
Un futuro de bajas emisiones reduce significativamente la exposición de los animales a estos grandes calores
Con ese mismo contexto climático y para el mismo año, continuó el científico, «es probable que 3.773 especies, o el 11 por ciento del total de vertebrados terrestres, afronten fenómenos térmicos extremos durante la mayor parte del año».
En cambio, un escenario de bajas emisiones futuras reduce significativamente la exposición de los animales del futuro a estos grandes calores: solamente el 6.1 por ciento de los vertebrados terrestres tendrá la mayor parte de sus áreas de distribución expuestas a episodios térmicos extremos en ese caso.
El profesor Shai Meiri, de la Universidad de Tel Aviv y coautor del artículo, aportó que, «al igual que otros estudios sobre las amenazas humanas para los vertebrados terrestres, los anfibios y los reptiles son los que corren un riesgo mayor».
Eso, «probablemente, se debe a que sus áreas de distribución son mucho más reducidas, lo cual en nuestro caso puede impedirles escapar a regiones no expuestas a temperaturas extremas», indicó.
«Tenemos que empezar a considerar el impacto de los fenómenos de calor extremo al tomar decisiones sobre la conservación y el manejo de la tierra», dijo por su parte el profesor Uri Roll, de la Universidad Ben-Gurion y otro de los participantes de la investigación.
La crisis de la biodiversidad «está entre nosotros y numerosas especies pueden llegar a extinguirse debido a diversas acciones humanas -aseveró Roll-. Si no se controla, el cambio climático puede convertirse pronto en el último clavo de su ataúd, y ahora es el momento de actuar» para prevenirlo.