Científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén (HUJI) descubrieron características clave del «interruptor bioquímico» con el que un gusano muy particular controla el ritmo de maduración de sus huevos y creen que el hallazgo puede ayudar a que las mujeres pongan en «pausa» su reloj biológico y extender así el período fértil de sus vidas.
Los óvulos humanos comienzan a madurar desde el inicio del primer período de una mujer, pero la mayoría de los niñas occidentales de trece años no están interesadas en tener bebés y mientras esperan, sus huevos envejecen y la calidad disminuye.
«¿Qué pasaría si hubiera una manera de retrasar el envejecimiento del huevo sin perder su calidad?», se preguntaron los investigadores del Departamento de Genética de la (HUJI).
Al buscar una respuesta, los expertos descubrieron un hecho científico impactante entre los gusanos conocidos como nematodos. Y tienen la esperanza de que este avance pueda ayudar a las mujeres a extender sus ventanas de fertilidad y mantener una alta calidad de los óvulos en sus treinta y cuarenta años.
El doctor Yonatan Tzur y la doctora asociada Hanna Achache, junto a científicos de la Facultad de Medicina de Harvard, estudiaron la maduración del huevo en los gusanos nematodos y publicaron sus hallazgos en la revista científica Genetics.
Los nematodos son una especie animal muy apreciada por los científicos de todo el mundo. Aunque pequeños, vienen siendo increíblemente útiles para ayudar a los investigadores a comprender la genética humana, ya que estos gusanos contienen la misma cantidad de genes que los humanos (20.000) y sus huevos maduran en aproximadamente un día.
Tzur, junto a los expertos de su equipo, monitoreó los cambios en cada uno de los 20.000 genes de los gusanos durante la formación de los óvulos y fue capaz de detectar el gen exacto (llamado ogr-2) que controla el ritmo de maduración de los huevos.
Profundizando más, explicó la HUJI en un comunicado, el equipo de investigadores estudió el «interruptor bioquímico» de proteínas que «enciende y apaga» el desarrollo del huevo.
Cuando eliminaron el gen ogr-2 con tecnología de «edición de genes», el «interruptor» se activó y los huevos de los gusanos envejecieron muy rápidamente, señalaron los expertos.
«Probamos el papel del gen al eliminarlo de la secuencia de genes del gusano», dijo Tzur. Enseguida, «los gusanos ‘editados’ se volvieron menos fértiles y sus huevos se parecían más a los de un gusano más viejo», añadió el científico israelí.
Según la HUJI, estos hallazgos «son significativos porque el envejecimiento de los óvulos es la principal causa de defectos de nacimiento, abortos espontáneos e infertilidad».
«A medida que los óvulos humanos envejecen, se desarrollan anormalidades», indicaron.
La HUJI recordó que, si bien la fertilización in vitro permite a los médicos seleccionar los mejores óvulos, «las mujeres mayores de 35 años tienen más dificultades para producir un bebé sano con sus propios óvulos, y para las mujeres de 42 años o más, esas posibilidades son casi nulas».
«Estas estadísticas, junto con el hecho de que la edad promedio de las madres primerizas en el mundo occidental está aumentando drásticamente, significan que encontrar la clave para ralentizar la maduración del óvulo es crucial y ha estimulado a científicos como Tzur a descubrir los mecanismos que controlan el desarrollo ovárico y envejecimiento de los ovocitos», indicó el comunicado.
La universidad reconoció que este proceso «todavía está en sus primeras etapas», pero destacó que Tzur ve posibles aplicaciones de su descubrimiento para los humanos.
Una, por ejemplo, es aumentar suavemente el equivalente de ogr-2 en las niñas a través de un aditivo alimentario, lo que podría permitir que las niñas mantengan la alta calidad de los huevos jóvenes hasta que estén «listos para usarlos».