Los tejidos bioimpresos en 3D representan el futuro de los injertos y los trasplantes, pero todavía presentan muchos desafíos para su implementación. En una universidad de Israel apostaron nada menos que a las técnicas del origami para resolver uno de ellos.
En efecto, científicos de la Universidad de Tel Aviv se basaron en los principios del origami, el arte japonés de doblar papel, para desarrollar una solución original e innovadora para un problema que preocupa a los investigadores de todo el mundo.
Se trata del posicionamiento de sensores dentro de los modelos de tejido bioimpresos en 3D.
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En lugar de bioimprimir tejido sobre los sensores (lo que resulta impracticable), diseñan y producen una estructura inspirada en el origami que se pliega alrededor del tejido fabricado en el laboratorio, permitiendo la inserción en ubicaciones predefinidas con precisión.
El profesor Ben Maoz, uno de los líderes de la iniciativa, explicó que el uso de bioimpresoras 3D para crear modelos de tejidos biológicos para la investigación ya está muy extendido.
Con las tecnologías existentes, precisó, «el cabezal de la impresora se mueve hacia adelante y hacia atrás, imprimiendo capa tras capa del tejido requerido».
El problema con los sensores
Ese método, sin embargo, «tiene un inconveniente importante: el tejido no se puede bioimprimir a través de un conjunto de sensores necesarios para proporcionar información sobre sus células internas, porque en el proceso de impresión el cabezal de la impresora rompe los sensores».
Frente a eso, dijo Maoz, desde la Universidad de Tel Aviv «proponemos un nuevo enfoque para este complejo problema: el origami».
La innovación, destacaron, se basa en una «sinergia original» entre la ciencia y el arte. Utilizando software de diseño por computadora, los investigadores desarrollaron una estructura multisensor personalizada para un modelo de tejido específico, inspirada en el plegado de papel.
Esa estructura incorpora varios sensores para monitorear la actividad eléctrica o la resistencia de las células en ubicaciones elegidas con precisión dentro del tejido.
Según los resultados del experimento, que fueron publicados en la revista Advanced Science, el modelo informático se utilizó para fabricar una estructura física que luego se dobló alrededor del tejido bioimpreso, para que cada sensor se inserte en su posición predefinida.
Llegó el MSOP
El equipo de la universidad israelí denominó su novedosa plataforma MSOP (Multi-Sensor Origami Platform).
La eficacia del nuevo método se demostró en tejidos cerebrales bioimpresos en 3D, con sensores insertados que registran la actividad eléctrica neuronal.
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Los investigadores enfatizaron que el sistema es modular y versátil: puede colocar cualquier número y tipo de sensores en cualquier posición elegida dentro de cualquier tipo de modelo de tejido bioimpreso en 3D.
Con este proyecto «creamos una sinergia ‘lista para usar’ entre la investigación científica y el arte, afirmaron desde Tel Aviv. Esta nueva tecnología, completaron, «es un importante paso adelante para la investigación biológica» en este revolucionario terreno.